Aterriza como puedas

Que mi vida es rara, ya lo sabíamos.

El jueves por la noche, que estaba yo que me caía de cansancio justo al salir del trabajo, me vino a buscar Pol para ir al aeropuerto.
No, no me invitó a hacer una escapada romántica a Londres (porque entre Pol y yo NO HAY lo que todo el mundo -que no nos conoce- sospecha). Fuimos a buscar a Aitziber, que venía de Pamplona.
Como el avión llegaba a las 11 y teníamos tiempo nos dimos una vuelta por el aeropuerto del Prat que yo la última vez que fui fue para ir de viaje de Fin de Curso y ya ni me acordaba. Creo que en esa época estaban de moda los zeppelines. Como el Hindenburg!!
No entiendo por qué los aeropuertos son tan grandes. Vale que los aviones son enormes y tal y cual pero ¿hace falta tener que recorrer trescientos kilómetros para llegar al final? Joder, si es como cruzar toda Huesca.
No había mucha gente (es que viajar un jueves por la noche no tiene gracia, los jueves son las noches de las fiestas universitarias) así que podíamos andar por ahí sin que nadie nos pegara empujones ni nos cruzáramos con yuppies estresados gritando "Compra compra!! Vende vende!!".
Ah no, que eso es en la bolsa, no en el aeropuerto.

A lo que iba. Recorrimos toda la terminal para ver la nueva parte que es todo muy moderno y de mucha luz. No vimos a Tom Hanks ni a su primo ni a nadie. Había dos aviones facturando: uno que iba a Helsinki y otro a Tel Aviv. El de Tel Aviv me daba miedo porque desde que vi Munich los israelistas me asustan (tanto ellos como la posibilidad de que el personaje sospechoso a su lado salte por los aires). Y, lo siento si este comentario ofende a alguien, pero cómo se notaba que eran judíos. Qué narices...

Estuve a punto de coger un vuelo a un aeropuerto impronunciable pero ya era la hora de llegada de Aitziber así que... nada.
Fuimos a la terminal C y me enamoré de un taxista que estaba buenorro. Esperamos a Aitzbier sentados en unas escaleras y luego cogió la maleta y salió y se ilusionó mucho al verme. A Pol lo tiene muy visto.
Salimos y nos cruzamos con el taxista buenorro que me miraba mucho, pero cuando me iba a lanzar para decirle algo desapareció entre la multitud de taxis (y yo pensé: "¿Ya sabrá cual es el suyo?" porque joder, son todos iguales).
Al lado de la escalera mecánica había una cosa con tierra y un cartel. Yo pensaba que ponía "Haga que su gato cague aquí" pero no. Ponía "Apague aquí su cigarrillo".
Qué asco.

Cruzamos el mega-pasillo mientras le decíamos a Aitziber que volviera a Pamplona a por chorizo. Pero cuando nos contó que el avión en el que venía tenía hélices me asusté y me la imaginé viajando en plan Lara Croft entre rayos y centellas y me supo mal. Además en el vuelo iban ella y 8 más. A Iberia no le salía a cuenta ir a por pamplonica.

Fuimos a cenar al VIPS y bueno, lo de siempre. Mucho gay hormonado, nuevas hamburguesas y yo jugando al Kamasutra en el móvil de Pol.

Ah, cuando estuve en el aeropuerto me asombró ver (provinciana que es una a veces) que los carritos esos para llevar las maletas son gratis. Cogí uno y lo llevé durante un rato para hacerme la moderna, pero luego lo dejé y ya.

Como ya ha vuelto el frío (bueno, casi) pues rescaté del armario mi cazadora Adolfo Domínguez. Pero no me acababa de ver guapo. Ayer le puse el gorro que la hace parecer más moderna, pero tampoco.
Decidí que necesitaba cortarme el pelo (básicamente porque llevaba unas greñas que si me ves por la calle me das limosna y todo). Pero hoy la peluquería estaba cerrada.
Así que he pensado: "Oye, si Britney pudo... yo también!!" y he cogido la máquina y me lo he cortado. Al principio mi madre y yo estábamos asustados pensando que tanta tontería para acabar mañana en la peluquería para que me lo arreglen. Pero al final no sé qué coño he hecho que, salvo un ligero trasquilón y un look un poco... como de paleto... pues no me ha quedado mal. Mi madre ha cogido la tijera y se ha puesto a cortarme el pelo a lo Manolito Gafotas (cuando le corta el pelo al Imbécil) y luego lo he intentado yo a lo peluquera profesional y casi me corto un dedo.
Pero oye, que no me ha quedado mal. Hidroboy Llongueras, me llaman.

Y mañana por la mañana voy a comprarme el traje para la boda. Lo de la boda ya os lo contaré. Aunque más bien creo que necesitaría un blog alternativo porque estoy ya hasta los mismísimos. Harto ya de las palabras "traje" y "despedida".

Y encima hoy mi madre se ha puesto a ver El Padre de la Novia. Ya son ganas!!!

2 comentarios:

Naxo dijo...

¿Esta vez te pusieron bien los helados?
QUIERO VER UNA FOTO DE TU NUEVO PEINADO! Si Raquel Mosquera corta el pelo, tu también puedes, tía.
Hoy tienes que mirar mi blog, hijadelagranputa :)
Un beso!

Robin Shilvadin dijo...

Oye, y para cuándo me puedes dar hora? Que este sábado el que tiene boda es una servidora y no sabe si cortarse las venas o dejárselas largas... Ayns, qué duro es ser primo de la novia (vamos, que no pinto nada).