Chupa, chupa, que yo te aviso

El viernes salí de casa a las 3 de la tarde y volví el sábado a la 1 de la mañana.

Resulta que Jud nos invitó a mí y a Estela a su casa a pasar la noche. Al final también vino Dieguito, el moreno. Después del curro me puse un mini-casco y me subí a la moto de Judith y me sentí de nuevo como cuando tenía 15 años. No sé por qué, porque a los 15 años no iba en moto, pero daba igual.
Me sentía un poco Crazy Frog, la verdad, con ese mini-casco puesto.

La primera parada fue en el Opencor y allí decidimos tener una cena italiana bastante copiosa aunque a mí no me lo parecía y luego resultó que sí, que lo era. Pero claro, yo estoy acostumbrado a ir al Opencor con Pol y a comprar cantidades insultantes de cosas que nunca nos comeremos.

Una vez en casa de Jud hicimos la cena casi-italiana, nos sentamos alrededor de la mesa y nos metimos con nuestros clientes y nos reimos un poquitillo con el Tienes un pollón enorme.
Perdón, Tienes talento.

Perdón, Tú sí que vales.

Luego nos fuimos al sofá y les deleité con Perdona Bonita pero Lucas me Quería a Mí. Y aunque yo estaba llorando de la risa sólo conseguí que aguantara despierta Estela, que aunque le costó un poco entrar en todo el ambiente de Juliana & Co. pues acabó partiéndose de risa.

Sobretodo nos hizo mucha gracia reconocer a una compañera de curro cantándole a los ansiolíticos y el gran diálogo:
- No voy a dejar que un putero me manche el expediente.
- ¡Ni yo tampoco!
- Juliana, chocho, que tú no tienes expediente.
- Coño, pero tengo Libro de Familia.

Cuando terminó la peli la quitaron deprisa y corriendo (curiosamente también se despertaron deprisa y corriendo) y nos pusimos a ver Frágiles. Estela estaba cagada de miedo y decía que le llovía en la oreja (y es que en esas pelis llueve mucho) y no nos gustó nada el Lifting de La Niña Mecánica.

Yo ya la había visto, pero sigo dándome sustos porque me da la gana.

De esa peli rescato un diálogo externo a la película. Después de siete carteles gigantes en los que ponía: "ESCRITA POR JAUME BALAGUERÓ" "UNA PELÍCULA DE JAUME BALAGUERÓ" "DIRIGIDA POR JAUME BALAGUERÓ" suelta la Jud:
"¿Esta peli es del Balagueró?"
Qué fuet-ta.

Al terminar la peli Estela y Diego el moreno se fueron y Jud y yo nos quedamos viendo un capítulo de Aquí no hay quien viva. No terminé de verlo porque me fui a la cama y dormí en la cama de Jud. Como no bebimos nada pues no hubo sexo heterosexual. Que tiene gracia porque la idea de trincarme una de Ballantine's yo solito en casa de mi amiga Jud pues me hacía gracia.
Pero no había alcohol.
Y tampoco iba a haber sexo, así que ya me dirás.

Al día siguiente nos despertamos y me hizo ilusión levantarme y encontrar a alguien vivo. Antes estaba mi perro en casa, pero ahora ya no. Y sólo siento el calor humano matinal en Navidad y en Año Nuevo, que suelo encontrarme a mi madre. Aún recuerdo las lágrimas un día de Reyes que me despierto y no hay nadie en casa. El sol entra por la ventana... y yo oigo a los niños de los vecinos reír y soñar. Y yo estoy solo...

Bueno total, que luego fuimos al trabajo, desayuné un zumo chachi piruli. Pasé el día en el curro riéndome de todo y al salir fuimos a cenar. A las 10, cuando suena el mensaje súper guay chachi de que cerramos dice la de cajas:
"Estimados socios y clientes. Son las 10. La XXXXXXXXXX cierra sus puertas. Volveremos a estar con ustedes mañana... uy no, mañana no. Ehhh... El Lunes. Eso. El lunes a las..."
Obviamente el ataque de risa que nos dio a todos fue sólo comparable al de pánico histérico que le entró a la jefa. Lo que más gracia me hizo fue que la tía se puso a pensar en voz alta al más puro estilo Homer Simpson, sin darse cuenta de que todo el mundo la estaba escuchando.

Total que fuimos al cenar al chino catalán. Cenamos tranquilamente y yo dije que no iba a salir de fiesta. Entonces dijeron que se iban. Entonces yo dije que si me llevaban bien, pero que sino pues que me iba en metro. Y me dijeron que me llevaban. Y me subí al coche pero no me llevaban, se fueron para el sitio de tomar algo y yo les dije que no. Entonces dijeron que sí, que no fuera un rancio y yo dije que no era un rancio: que es que estaba cansado y no quería. Y entonces no me llevaban para casa y me centré y me serené y dije: "No me quiero enfadar, déjame en la primera boca de metro que veas. Y la próxima vez no me digáis que me lleváis a casa para luego alejarme todo lo posible."

Y luego me vine a casa y me iba a ir a dormir pero al final no tenía sueño. Hablé por teléfono, creí cambiar algo. No fue así. Suele pasar.

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