Day of the Tentacle

Bueno. Pues el jueves era el día de la fiesta de Energy System (una marca de Mp3). Para ir (la cosa se celebraba en Razz) tenías que estar apuntado en una lista. Estrellita y yo nos espabilamos tarde y tuvimos que usar nombres falsos a lo James Bond para poder entrar.
Yo lo hice muy bien, pero ella se puso nerviosa y olvidó su falso apellido y se tiró 15 segundos repitiendo: "Berta... Berta... Soy Berta... Berta!"
Al final le dejaron pasar por pena. Pena que daba la fiesta, no ella.

Una vez dentro creíamos que habría comida pero nos equivocábamos. Un tío se subió al escenario a hablarnos de por qué Energy System tralarí, Energy System tralará y nadie le hacía ni pueñetero caso así que se puso a gritar como un Bertín Osborne cualquiera en mitad de un plató lleno de abuelas-zombie y todos nos callamos por miedo a que nos quitaran los números para el sorteo.

Cuando pusieron el vídeo (iba a poner "vimos el vídeo" pero lo cierto es que nadie lo vio) se hizo el sorteo que fue una chufa porque no me tocó ningún MP4. Y la tía que hacía de mano inocente más que inocente era tonta. Cogía un número: "¡El 249!" y se oía por la derecha: "¡Ueeeeee!" y cogía otro número: "¡El 250!" y se oía por la derecha: "¡Ueeee!" y por la izquierda: "¡¡TOOOOOONGO!!"

Y eso pasó infinidad de veces. Al final acabó el sorteo (que cuando regalaban las entradas para Pignoise más que sorteo parecía una condena) y nos pusimos a pedir alcohol. Teníamos una consumición de cubata y dos de refresco o cerveza. Yo no sé cómo acabé con dos o tres cubatas y un par de cervezas.
Empecé a acosar a El Instalador. Pobre, no me aparté de él en toda la noche. Lo lamentable de mí mismo es que siempre he sido de los que odian a la gente que no sabe beber y a mí se me juntó que hacía tiempo que no bebía, que estaba en un mal momento personal y que además no había comido casi nada en todo el día.
Así que al final no recuerdo hasta qué punto me propasé con él pero si recuerdo esperar que en cualquier momento me soltara un puñetazo y yo acabara dándole las gracias.

Hice un par de visitas al lavabo, una de ellas acompañado de Sue Ellen, que al final acabó tirando una vitrina con MP4 y el que vino a echarle la bronca iba tan borracho que en vez de echarla le regaló uno de color rosa.

Al salir yo me fui a buscar a Estrellita y a Son Goku (que estaban por ahí a la derecha, nos despedimos y yo volví gritándole a los coches que no se pasaran de listos, que vale no había paso de cebra pero ¿Y QUÉ? ¡¡ME HINCHO!!
Por lo visto en ese rato me perdí a una de las jefas de Energy System (o no sé quién) apoyada en un árbol diciendo: "¡Me estoy meando!" y no lo decía porque tuviera ganas sino porque, literalmente, se estaba meando encima. Asqueroso.
Luego salieron los jefes dando tumbos y subiéndose a un coche y estuvimos a punto de lanzarnos hacia ellos a lo MP4 of the Dead exigiendo MP4 gratis.

Como no nos dieron nada nos fuimos a la Ovella (que es como cualquier bar de Huesca, pero cien veces más grande) a echar un billar y beber una sangría. Sue Ellen y yo hicimos equipo y no metimos ni una. Y supongo que, hartos de nuestra mala suerte, soltamos el taco y nos pusimos a liarnos.
No pasó nada (no era la primera vez que nos liábamos) pero valió la pena por ver la cara de El Otro (no sé quién era) que iba con nosotros y decía: "¿Pero éste no era gay?"
Sue Ellen besa muy bien. Y nos acariciamos un poco pero no hubo tocamientos impuros.

Luego borrachos ya de sangría, cubatas y cerveza nos fuimos al centro. Primero fuimos a una Caixa a sacar dinero. Dentro del cajero había tal cantidad de indigentes que aquello parecía el Hostal Royal Manzanares. Además apestaba a pies. Uno de ellos me miró y me preguntó si tenía un cigarro con señas (a lo Charlie Chaplin) y yo le dije que no que no fumaba (también a lo Charlie Chaplin). Le dije que tranquilo, que siguiera durmiendo, y él me dio las gracias, me transmitió su cariño y sabiduría y se volvió a dormir. No sé por qué (porque la imagen era dantesca y el olor ni te cuento) pero me imaginé a dos mendigos dale que te pego. Terrible-ble-ble-ble.

Emepzamos a caminar y yo cogí un cigarro de no sé qué paquete que no me fumé, sólo lo llevé en la mano para hacerme el interesante. Íbamos a ver qué hacíamos pero acabamos en la cola de la Arena Madre, hablando con un maricón (con acento en la O) al que Sue Ellen le había vendido una mini-cadena hacía tiempo y que no paraba de decirnos algo que no alcancé a entender (debía ser algún mensaje apocalíptico sobre el fin del mundo pero iba muy borracho para entenderlo, cuando no os salvéis de las garras de Satanás y los Cuatro Jinetes por no haberos transmitido el mensaje ME RECORDÁIS ESO DE QUE NO PASA NADA POR BEBER TANTO ¿VALE GUAPAS?).

Total que entramos en Arena... Sue Ellen... la Parakaidista y yo. A la Parakaidista ya la conoceréis después.
Dimos una vuelta y Sue Ellen me dijo que entrara en el cuarto oscuro pero a mí en ese momento no me apetecía.
No me encontré a nadie conocido y no recuerdo la mitad de las canciones que sonaron (y la otra mitad tampoco, pero imagino que sonaron porque aquello era Arena). Mucho niño mono pero ninguno con menos ego que Buenafuente así que poco donde pescar.
No preguntéis cómo ni por qué, pero me volví a liar con Sue Ellen. Y después, tampoco preguntéis, con la Parakaidista. Pero fue una tontería. Unos besitos de nada.

Luego fui a dar una vuelta yo solo y pasé por delante del cuarto oscuro. Iba a entrar, pero entró una pareja cogiditos de la mano y me deprimí y decidí que no. Además me dieron ganas de vomitar.
Me di cuenta en ese momento de que la frase que había ido repitiendo toda la noche, era cierta: "Es la peor borrrrachera de mi vida".

No recuerdo cómo nos fuimos. Creo que la Parakaidista se fue con Los Otros que la estaban esperando fuera y yo me quedé con Sue Ellen y otro cubata. Bailamos un rato, a una se le rompió el tacón pero siguió bailando divina de la muerte y luego en la cola del guardarropía nos encontramos con Ex-H&M, un dependiente muy majo que siempre nos encontramos en todas partes y que no sé cómo coño se llama. Era amigo de una gran amiga mía que un día dijo: "Me voy, luego te llamo" y no llamó más.

Total que volvimos en metro Sue Ellen y yo y yo llegué a casa y el viento me arrancó la puerta de las manos y pegó un portazo. Como pude llegué a la cama, me desnudé y me metí dentro.

Y 4 horas después me despertaba para ir a vomitar.

Y juro por Dios que es la primera vez que me tengo que levantar para vomitar.

Al día siguiente tuve la última discusión con Al (por culpa de una de sus múltiples faltas de educación que llevó a descubrir una de sus múltiples mentiras) y luego, con un resacón DE LA HOSTIA, en el que mis brazos se convirtieron en los brazos del tentáculo morado, pero aún más blandos.



Y no recuerdo cómo acabé el día. El sábado tenía fiesta, así que me recuperé en casa ordenando el armario y por la noche volvimos a salir.

Esta vez acabamos en el B-Good.

Si eso os lo cuento más tarde, que ahora voy a ¡¡¡DOMINAR EL MUNDOOOOOOOO!!!

1 comentario:

Robin Shilvadin dijo...

Lo que nos hemos podido reír con esta entrada!!! Como en tus mejores tiempos, cariño, como en los mejores! :D