Nina Simone

A veces me gustaría ser de otra forma.

Luego me doy cuenta de que eso es una chorrada.

No sé... Me paso tanto tiempo quejándome a mí mismo (el próximo paso imagino que será ponerme hojas de reclamaciones a mí mismo y reclamar en la oficina de consumo -de alcohol-) que no me doy cuenta de lo divertido que es ser como soy.

¿Que a qué viene todo esto? No tengo ni idea.

Esta semana poca cosa interesante. Al menos a nivel emocional. A nivel material: me he comprado un iMac de 24 pulgadas y unos cuantos gadgets para hacer mi vida más cool. Y es que es MUY COOL coger el Apple Remote que has estado usando para navegar por el Front Row de tu mac y largarte a la cama a escuchar música en tu iPod colocado en su base conectado a unos JBL SPOT que quedan de muerte sobre tu cómoda.

El siguiente paso es cambiar de muebles. Eso poco a poco y por la gracia de IKEA.

No es que la vida me sonría, pero no me puedo quejar. El año ha empezado fatal (perdí a mi perro, perdimos a un miembro de mi familia, perdí a mi... ¿novio?). Es que hasta me hace gracia llamarlo así porque novio novio... pues como que no era. Al menos no siempre. Whatever.

Hoy me han llamado de Telefónica (en realidad llevan toda la semana llamándome por la mañana pero no he contestado porque imaginaba que era algo de alguna factura y pasaba de que me amargaran el poco sueño que concibo) y el tío me dice que tengo treintanosecuantosmil puntos (lógico, tanto tiempo dándole al chiki chiki con Huesca es lo que tiene) y yo le he dicho que no quiero nada, que ya lo miro por internet de vez en cuando y son todos los móviles una mierda.
Entonces me ofrece un cambio de contrato. Y yo pienso: "Mira, al menos una cosa va a cambiar" y me dice "veo que llama sobretodo a su favorito, el número 69073blablabla (¡JA! Que os lo habéis creido, ZORRAS!!) así que le ofrezco una tarifa..." He estado a punto de decirle que no se preocupara porque no iba a llamar más... pero da igual. Le he dejado que me cambie el plan de tarifa con tal de que me dejara volver a dormir. Que tenía sueño. QUE YA VALÍA.

Depre por no haber ido al concierto de Kylie. En realidad debería decir "depre por tonto" porque me lo pensé tanto que la cagué. Ahora a ver si termino de convencer al Lobby para ir.

¿El Lobby? Los que están por el fotolog, que son los que yo veía por la tienda y pensaba: "Buah, con estos nunca me llevaría bien" Y fíjate por dónde: un día te emborrachas, metes mano, metes lenguas y hala, amigos para siempre means you'll always be my friend.

Y yo que siempre había dicho que el Fotolog era de pobres y ahora estoy enganchado a subir fotos como una perra.

Y Nina Simone.

Es una diosa. Todos deberíamos escuchar más Nina Simone. Nos hace ser mejores personas. Cuando escucho Nina Simone siempre me arrepiento de no fumar y no beber vino. Nina Simone invita a fumar y a beber vino.
Y yo aquí estoy: bebiendo coca-cola y comiendo picotas.

Pero tranquilos. Soy capaz de sacrificar mi salud por quedar bien mientras escucho NINA SIMONE. Es como estrenar calzado nuevo: te destroza los pies pero VALE LA PENA.

Por eso os digo que ser yo es más divertido de lo que yo mismo pienso. Primero porque estoy harto de mi trabajo pero yo me río cada día de algo nuevo. Y como estoy en esa fase de la vida en la que no pienso llorar por nada (NO MORE DRAMAS, cuánto he tardado en entenderlo!!!!) pues me río.

Me río aunque Estrellita se me haya ido a otro trabajo y ahora, con suerte, la veré una vez a la semana. Seguiremos manteniendo la tradición del martes de McDonald's. Que aunque no os lo creáis me quitaba el sueño. Igual que el perro de mis vecinos que llora y tengo que bajar a las 3 o las 6 de la mañana para decirles que lo guarden.
Que no me importa que hagan ruido de día. Ni siquiera que griten cuando follan (que no veas...) pero al menos que me guarden al perro por la noche.
No estoy durmiendo, pero aprecio el silencio. Es el mejor amigo para escuchar Nina Simone.

Y lo divertido de ser yo es, precisamente, las cosas de las que no me doy cuenta.

Hay una frase que me dijo Nuria una vez y que me acompaña últimamente:
"Algún día tienes que darme un poquito de tu glamour dentro de una cajita"

Aún no le he dado la cajita. Lo necesito para mí. Pero se lo daré.

Algún día.