Whatever happened to Hidroboy

El otro día leía en no sé qué blog que siempre llega un momento en el que resulta complicado explicar las cosas que te pasan porque todo el mundo que te conoce lee esto y no puedes contar con quién te liaste así de sopetón presa del alcohol y de la calentura en el lavabo de Arena porque la gente se pone a montarse películas y sonrisitas y a mirarte raro y tal y cual.

Y luego están los que dicen: ¿Pasó de verdad? ¿Se lió con alguien? ¡A ti te lo voy a decir!

AMIIIIGA MIIIIIIIIAAAAAAAAA

Total que ahora voy a tener que hacer un blog personalizado para cada grupo de gente que me lee y así evitamos futuros problemas. Porque vamos, esto es la risa ya.

¿Qué os cuento?

Joder, es que hace tantísimo que no actualizo que ya no sé lo que os conté.

El viernes por la noche fuimos todo el Lobby a Dixie a tomar algo. Acabamos Pau, Marti y yo medio bebidos en el patio cantando canciones de Celine Dion en falsete. Las caras de la gente a nuestro alrededor eran un poema. No creo que vuelva por allí en mucho mucho tiempo.

El sábado fui a cenar con J. No volveré a cenar con J. Volvió a hacer lo mismo de siempre. Todo iba bien (muchas risas, muchas coñas, mucho tiempo sin vernos) hasta que se puso en ese plan... no sé cómo describirlo... se sube a la palestra y se pone a reírse de cosas que no tienen gracia y a hacer chistes que en vez de reírte te entran ganas de levantarte y largarte. En serio, es que a veces se pone insufrible. Y bueno, que al final en vez de pasar una buena noche acabas pensando que te podrías haber ido a cenar a otro sitio. Porque eso de que te den un regalo y tú digas: "Fíjate, aunque no me felicitó sí que se ha acordado de mi cumpleaños" y pongas esa cara de "Ay... qué mala eres..." y entonces lo coja y te diga: "Es broma, no era para ti! Jajajajajaja" Pues como que no.

Y aquí viene ese momento en el que dirías algo y te callas. ¿Que dirías? EXACTAMENTE LO QUE OPINO DE ESE COMPORTAMIENTO.
Pero me callo.
Porque vosotras sois listas y ya lo sabéis.

Después de la cena nos juntamos con el lobby y nos fuimos pa'l centro. Gritamos en el metro, yo chupé muchas bolas de mi collar, y nos fuimos a la Ovella (la de al lado de la calle Tallers) después de habernos parado en la esquina de Tallers con Rambla a escuchar Chico y Chica (yo) para que un limpiacalles nos amenazara con su manguera.
En la Ovella una caca: mucha gente, muchísimo calor y alcohol que sabía a jabón. Puajs puajs.
Al final nos fuimos y nos juntamos con un montón de gente que no sé de dónde salió y nos fuimos a Punto a buscar entradas para Arena. Nos pusieron Aria de Amor (me gusta más llamarla así que Europa ¡ja!) y la cantamos con falsete y luego nos fuimos a Arena y nos dispersamos como los Commandos de las pelis de acción para conseguir entrar en alguna antes de las 2 y media pero no lo conseguimos y entramos en la Classic y salimos de la Classic y me crucé con el chico de Asus y Pau pasó por allí gritando (porque a esa hora ya se había convertido en su alter-ego: LA CHUNGA) y yo me fui medio avergonzado y medio borracho.
Fuimos a la VIP, fue todo muy bonito. Bailamos mucho, gritamos mucho, bebimos un poco, nos restregamos demasiado. Y bueno... las cosas suben, bajan... la vida es dura.
Entre uno montando a caballo, el otro chupando collares, el de la caja tirándonos los trastos (a todo el mundo, pero eso no importa), un hetero BUENORRO hablándome de Fórmula Uno y diciéndome que si yo iba con Alonso o con el otro, con el negro. O con Raikonen. Y mi cara de: "¿Eso no es el nuevo single de Kylie?"

Y bueno, a las tantas de la noche me subí al metro y me puse a escuchar Nina Simone. Que me acompaña a todas partes. Y me dormí. Y al día siguiente pues no hice nada.

Y esta semana... pues la puta huelga hace que la vida sea tremendamente aburrida. Lo único bueno en la tienda es un cliente muy majo que me va a comprar un ordenador. Lo gracioso es que estaba sonando el Estoy Bailando de las Shimai y el tío se para y dice:
"Uy... esta canción... ¿La conoces?"
Y yo que sonrío, levanto la ceja y digo: "La he puesto yo"

Y me he atrevido a hacer una cosa que jamás había hecho y que seguro que no sirve de nada pero es que me gritaban demasiado para que lo hiciera y a veces es mejor enfrentarte a algo que te asusta que a una marica chillando como una loca.

Qué gran verdad de la vida y del amor os acabo de regalar.

Y estas noches pues nada. O me quedaba para tomar una cerveza o me iba a cenar con Estelita. Que vino a vernos. Y fíjate que hacía tiempo que no la veía y sigue igual. Bueno, una semana de hecho. Qué ilu.