Pandemonium Miserere


pandemónium.

(De pan- y el gr. δαιμόνιον, demonio).

1. m. Capital imaginaria del reino infernal.

2. m. coloq. Lugar en que hay mucho ruido y confusión.


Los BWO son EL GRUPO definitivo. Música pegadiza, bailable, divertida y, obviamente, sueca.

En Pandemonium encontramos su mayores éxitos. Bueno... "éxitos" por allí arriba de los Pirineos porque por aquí ahora empieza a sonar tímidamente el Sunshine In The Rain que a alguien se le ha ocurrido meterlo en algún recopilatorio, pero nada de nada.

Su sonido seguramente os recordará al de los extintos Army of Lovers, cosa lógica porque el creador de ambos grupos es el mismo: Alexander Bard.

El cd se abre con 3 temas inéditos: The Bells of Freedom (temazo ultra marica que ha servido como himno oficial del Europride 2008 -ellos mandan a los BWO, nosotros a la Terremoto de Alcorcón-). Tema divertido, alegre y lleno de buen rollo en cuyo videoclip participaron (a modo de cameo) los Army of Lovers, fíjate tú!

Lay Your Love On Me es el tema con el que aspiraron a representar a Suecia en la Eurovisión del Chiki-chiki. Por suerte no fueron. Temoto de pista de discoteca que no se corta un pelo homenajeando a Abba y a la efímera (porque nos habría gustado que durara más) etapa Confessions de Madonna -homenaje tal vez demasiado obvio con ese "you're confessing on the dance floor"-.

Y Barcelona, la que es (para mí) la canción definitiva sobre la ciudad. Creo que nadie puede entender qué coño querían decir sobre la ciudad salvo que la fiesta mola y que... pues... ¡Barcelona! Y se quedan tan panchos.

Y luego, pues los singles exitosos propiamente dichos. Que no queda bien montarte un greatest hits de singles y no meter hits, ni singles, ni greatest, ni nada de nada.

En Pandemonium te encuentras una mezcla bastante heterogénea de himnos disco-dancing como Chariots of Fire, Give Me The Night (con un regusto ochentero que tira de espaldas) o Temple of Love; baladas mid-tempo como Living in a Fantasy o We Could Be Heroes; y experimentos medio psicotrópicos como Voodoo Magic.

Lo mejor (o no) del cd es el regusto Euro-Pop-Dance que te deja, como si cogieras el festival de Eurovisión y lo metieras en una techno-batidora mientras te pegas un lingotazo.

Alexander Bard es a la música Pop lo que Dannii Minogue es al Bottox.

Para empezar a degustar a los BWO no está nada mal, aunque como sólo han metido los singles pues se han dejado fuera temas otras paranoias como el European Psycho (o cómo fusilar de mala manera el Music de Robert Miles y quedarte tan pancho) o la magnífica versión que hicieron del Save My Pride de los magníficos Alcazar.

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