QAF

Momento absurdo en el trabajo.

Aparece mi jefe vestido con un jersey negro de cuello alto que ya nada más verlo me ha dado una calor que pa' qué.

Al rato lo vuelvo a ver, ahora con una camiseta gris. "Una de alguna promo" pienso yo. Y es que en mi tienda somos propensos a no regalar las cosas y usarlas cuando las necesitamos: la de camisetas que han acabado puestas sobre nosotros mismos en momentos claves como cambios de muebles inesperados, manchas de comida o calores insoportables. Incluso algunas han servido como maravillosos trapos para vender cosas de exposición.

A lo que iba.

Mi jefe se da la vuelta y se va. Y en la espalda de la camiseta veo un logo que me resulta familiar.
Tres letras.

"No puede ser" pienso y me acerco a él por la espalda. Y es que con esas tres letras sólo me podía acercar a él por la espalda.

QAF.

Me oye reírme y se da la vuelta. "Es que tenía mucha calor y no había otra"

Mira el lado bueno, le digo. Vas a ligar más que yo.

Obviamente los chistes han continuado durante toda la tarde. Ordenando un mueble dice él a una compañera:
JEFE: Qué bonito todo bien ordenado.
ELLA: Es que se nota tener una mujer en la sección.
YO: Oye bonita, que yo mira los muebles que hago ¿eh?
ELLA: Es que tú cuentas como una mujer ¡coño!
YO: Y él (señalando a mi jefe) con esa camiseta también.
JEFE: Qué cachondo nos ha salido el niño!!!

Mañana me darán el finiquito. Cue the pulse to begin.