Pero de mí, osea lo que vengo a ser yo, no suelto prenda.
Luego me pasa lo que me pasa y es que voy a un amigo y le digo "Tía, ¡tocotó!" y me contesta con un "¡qué callado te lo tenías!" y yo siento una punzada de satisfacción recorrer mi espina dorsal porque ¡por fin! he sido capaz de callarme algo.
En realidad no es que haya hecho un voto de silencio ni que le esté haciendo caso a todos los que me alguna vez me dijeron que no contara cosas tan personales en el blog. Este silencio lo mantengo, en realidad, porque este blog lo leen personas de las que hablaría aquí. Y no quiero que se enteren por aquí de cosas que, tal vez, no se imaginan. O que se imaginan pero se hacen los tontos.
Últimamente me he enganchado a Mad Men. Voy a evitar los spoilers en la medida de lo posible. En la segunda temporada hay un momento en que un personaje visita en el hospital a alguien al que le ha ocurrido algo que puede poner en peligro lo que ha tardado mucho tiempo en ganarse. El visitante le dice al hospitalizado que, independientemente de lo que haya pasado, no ha pasado. Le mira fijamente a los ojos y le dice: "NO HA OCURRIDO".
A veces eso es lo único que podemos hacer para seguir adelante. No es esconder la mierda bajo la alfombra, es convencerte de que no hay mierda que esconder.
Yo no soy así. Soy incapaz de hacer eso porque por experiencia propia sé que al final, aunque creas que no existe, la mierda está ahí. Y salpica.
Pues yo ahora mismo me siento un poco así. Como si fuera esa mierda que va a salpicar. Siento que no existo.
Pero sí que existo. Y la prueba es que el sábado pasado fuimos a la playa a celebrar un tricumpleaños. Porque celebrábamos tres de golpe. El de LleonardPler (el célebre bloggero experto en LOST :P), E y G. Fue muy caótico todo porque yo iba convencido de que íbamos a celebrarlo en la playa pero a última hora como hizo mal tiempo me dijeron que no, que íbamos a casa de E. Y cuando ya iba en el metro me llaman y me dicen que no, que vamos a la playa.
Yo pensé que iba a ser muy divertido poner a cargar el iPod en la playa y, sobretodo, hacer las palomitas de microondas que llevaba en mi mochila-de-pasiva.
Nos lo pasamos muy, muy bien, aunque a mí lo de estar tanto rato sentado en la arena acabara por destrozarme la espalda.
Os doy un consejo: si queréis dar una fiesta sorpresa en la playa que sepáis que en el momento en que la persona que va con los ojos vendados pise la arena SABRÁ que está en la playa.
Luego acabamos en casa de E (porque hacía frío) cantando al Singstar (le pegué una paliza a Abuga cantando Tainted Love) y justo me volvía yo cuando los vecinos empezaban a dar golpes en las paredes y picar a la puerta.
Otra de las cosas que demuestran que existo es que sigo dándolo todo (o al menos lo intento) con los tops de TopHunted. Se me está haciendo la cosa un poco cuesta arriba porque realmente no sé si hay material para tanto top, pero mira, yo lo intento. Hoy, por ejemplo, he publicado el top de las 10 canciones dance para llevarte a la playa y mañana toca un top con 10 canciones totalmente innecesarias. Además del mega repaso del Orgullo Gay que estoy haciendo esta semana. Con tópicos, motivos, fiestas mundiales y el lunes un top especial de 20 canciones para celebrar el Orgullo.
Tanto Orgullo, de hecho, ha conseguido que acabe un poco saturado de tanta mariconería y ahora mismo lo de viajar a Madrid precisamente a eso se me hace muy cuesta arriba. Si no fuera porque sé que voy a estar con tanta gente que quiero y con la que me lo voy a pasar genial, probablemente pasaría del viaje.
Y la última cosa que demuestra que existo es que ayer por la noche fui con JasonBourne y un amigo suyo al concierto de Placebo. Yo, de hecho, me enteré ¿el viernes? de que iba a ir cuando en medio de una de estas conversaciones que parecen discusiones que tengo con él me dijo que el martes me secuestraba para llevarme a verlos. A mí Placebo me gustan, pero no me
Me bajé el último disco, el setlist de la gira y las canciones que me faltaban y a darle al repeat (todo lo que pude) hasta que ya me sabía (de aquella manera) más de 3 canciones, que era la condición que JB me puso para demostrarle que sí, que me hacía ilusión.
Hacer la cola fue un evento inesperadamente divertido, sobretodo cuando le mando un mensaje a la Guapísima preguntándole si está ahí (yo lo daba por hecho, con lo fan que ella es) y ella me dice que sí, que está por arriba y yo "¿dónde tía, que no te veo?" y ella "levanta la mano" y yo "no no, levántala tú ¿por dónde estás?" y ella "por arriba... concretamente en un quinto, que es mi casa" y yo "qué hija de puta" y ella "¿qué? ¿has levantado la mano buscándome?".
Luego el otro amigo que tenía que venir llegaba tarde así que tuvimos que salirnos de la cola y esperar durante un buen rato, que aprovechamos para preguntarle a la gente si esa era la cola para el Supermartxé/Dboy/Castings de OT/Concierto de Miley Cyrus/Vengaboys/Soraya/El Canto Del Loco o gritar cosas como "No sabía yo que INSERTAQUÍELGRUPOMÁSABSURDOQUESETEOCURRA tenía tanto poder de convocatoria" o "¡Viva la reina de la alegría! QUÉ EJCÁNDALO!"
Al final el amigo llegó y entramos en el Sant Jordi Club que, para el que no sepa qué es, es un ANEXO al Palau Sant Jordi que es como un polideportivo pero así en plan moderno. Los teloneros estaban ahí dale que te pego (no hay definición mejor para lo que hacían) y el concierto no tardó en empezar.
Yo me lo pasé genial aunque hubo un par de veces (en los que el cansancio se acentuaba por el hecho de que no conocía la canción) en que bostecé. Pero lo di todo con las que podía darlo todo y al sonar Bright Lights me puse tierno y abracé a JB y le di un beso en la mejilla porque mira, yo soy muy de abrazar y dar besos en la mejilla. Muy tierno todo.
De hecho luego me pasé el resto de la noche diciendo que todo me parecía tierno. Al terminar el concierto cogimos el camino equivocado y dimos una vuelta espectacular para llegar a la civilización pero, por suerte, yo vivo en el culo del mundo y acabé en la puerta de mi casa casi sin darme cuenta.
La última cosa que demuestra que existo, es que el viernes a las 9:30 tengo una entrevista de trabajo que espero sea todo lo que necesito. No más. Sólo lo que necesito.
En realidad hay algo más que demuestra que existo, y es que hoy, noche de San Juan, seguramente me iré a dormir sintiendo que soy un poco idiota. No sé si porque yo me lo he buscado o por qué, pero me siento un poco así.
Pero no quiero contarte lo mismo una y otra vez. Así que hablo poco y bebo más de lo debido.
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