To the beach

El otro día fui a la playa. Esto en el blog de una marica normal que vive en Barcelona no debería ser una noticia, pero si os digo que hacía como 3 o 4 años que no iba a la playa (en plan ir de día y bañarme) pues imagínate el notición y lo que supuso para mí coger el bañador, la toalla y las Wayfarer y largarme to the beach.

Fui con Daddy-Oh y como somos muy listos nos fuimos a Masnou, que así podíamos dejar todos los objetos de valor en casa de mi madre y no sufrir por si nos roban el iPhone mientras nos mecen las olas.
Más tarde se nos unió el novio de Daddy, para el que aún no tengo nombre de blog así que no lo mento.

Como está siendo un verano muy guay (por aquello de que no hay un puto día en que haga buen tiempo) nos hizo un viento que allí sólo faltaba la srta. Escarlata y además casi no hizo sol. Aún así conseguí quitarme un tono de blanco pero porque lo mío ya no era una dermis, era una capa translúcida que si te fijabas bien se veían los huesos y los tendones y todo eso; muy Urgencias todo.

Había unas olas del horror que eran divertidísimas pero si te despistabas acababas muerto estrellado contra unas rocas en una playa en Islandia porque no veas qué corriente.

Y ahora, lo que importa: los tíos buenos. Había un grupo de italianos que nos miraban mucho y luego se tocaban mucho los rabos. Pero yo creo que nos miraban como miran algunos italianos a los maricas (osea, con un punto de lascivia y homofobia) y lo de tocarse el rabo era casi un acto reflejo. Había uno que no estaba moreno, directamente era un melanoma con patas.
Y luego un rubito muy mono que acabó sentado con las patas abiertas rascándose y colocándose todo lo que un hombre se puede rascar y colocar y que yo estuve a punto de ir y tropezarme para encajar a la perfección.

Delante teníamos a un francés (que no supimos que era francés hasta que ya llevábamos un rato diciendo lo bueno que estaba) que marcaba un buen paquetón y además estaba MUY bueno.

Y YA. Porque todo lo demás eran mujeres. Y lo que es peor: algunas hacían topless. Y hay ciertas edades en las que el topless no debería estar permitido. ¿A qué se dedica el gobierno? ¿A mí qué coño me importa la crisis o Melilla? ¡Yo quiero que saquen esas tetas de la playa!

Una mujer muy mayor con un bikini demasiado pequeño para su edad estaba a nuestro lado y, de verdad daba mucha grima. Luego aparecieron unos padres con sus niños y tuvieron que mandarlos a paseo porque como los niños no paraban de correr y hacía tanto viento todos los de alrededor acabamos rebozados.

Y para terminar de redondear una tarde tan sumamente extraña, apareció una pareja que se acababa de casar (sí, la gente se casa los martes de agosto por la tarde) a hacerse el book. Que yo espero que el fotógrafo encuadrara bien y no saliera nadie, porque entre los italianos sobándose el paquete, las mujeres en topless, la vieja del bikini y los franceses borrachos del fondo... menuda fauna.
Pero es que hay que ser MUY CUTRE. Coño, vete a otra playa. Fue muy de contraste el hecho de que ellos fueran con sus mejores galas (su traje de novia para ella y su traje de novio para él) y nosotros ahí tirados llenos de arena, con nuestros bañadores de 10 euros del H&M, tostándonos lo poco que podíamos y con unos pelos que nos ve Amy Winehouse y se muere de envidia.
Y mientras ellos posaban un señor mayor argentino y medio borracho (no estoy seguro de hasta qué punto eso que he dicho es una redundancia) se les acercó con su cámara digital para pedirle al fotógrafo que les hiciera una foto.
Como dijo Daddy: "Que no vea que somos maricas o también querrá una foto con nosotros"
A mí me supo mal porque, viendo la escena de los novios y el bañista de 74 años con mini bañador me dio la risa y claro, me oyeron. Porque yo soy muy escandaloso (sobretodo si quiero que los demás se enteren y pasen vergüenza).

La playa no tiene nada de style. A no ser que sea una playa privada de una casa en pleno Malibú o un resort en Abu Dhabi.

Al final nos volvimos y en el tren Daddy y yo, que somos así de guays, nos pusimos cada uno los cascos de nuestros respectivos iPods y iPhones para no tener que aguantar al resto de la humanidad.

Y volver de la playa escuchando música tranquilamente, eso sí que mola.

1 comentario:

Alex Pler dijo...

Menudo ecosistema te encontraste en la playa, me encanta.

Fan de irse a hacer fotos de boda a la playa en agosto!