Lu-nes

Hoy me he levantado tardísimo. Es lo que tiene quedarse hasta tan tarde jugando a los Sims y viendo Battlestar Galactica.

Hay veces en que te apetece hablar de ciertos temas. Y lo haces. Como la historia de este fin de semana con Uri-Geller. Esos temas te hacen pensar. Te hacen conocerte un poco mejor y darte cuenta de que, a lo mejor, no todo es como tú crees que es; que siempre puede haber otra explicación para todo, otro punto de vista.

Por norma general no suelo ser muy cabezota y siempre estoy dispuesto a oír otros puntos de vista. Y lo he hecho. He hablado y me han hablado (joder tía, me siento como Mahoma... o como Luther King).

Pues eso, hablo y hablan. Y escucho, sobretodo escucho. Porque que te hablen y no escuches no sirve de nada.
Joder, me estoy liando más que Gaius Baltar puesto hasta arriba de pastillas.

Vamos, que hablé con Uri-Geller. Y quedaron las cosas más o menos claras. Hasta después.

Pasó una cosa en Arena. Una cosa que no conté. Mientras estábamos en la barra me encontré con J. Ahora ex de mi amigo J. No sé si eso lo dije. Pero J y J ya no están juntos.
Hablé con él, nos abrazamos y poco más quedaba ya.
Uri-Geller preguntó que quién era y yo le dije que era el ex de mi amigo J. Y que ellos lo habían dejado de verdad, no en plan "te dejo este finde y el lunes volvemos ¿vale cari?"
Y Uri se ofendió.

Luego lo pensé y me supo mal haber dicho eso. Una ruptura, sea como sea, no es fácil.

Y llegó el lunes. Y te das cuenta de que a veces te arrepientes de decir las cosas demasiado pronto.

Si no hubiera sido tan jodidamente amable. Si no hubiera sido yo, en definitiva, ahora no me sentiría como un imbécil. Porque si hay algo que odio es que me utilicen. Pero algo que odio aún más es que me utilicen, me sienta mal por ello, me disculpe y luego descubra que tenía razón.

En fin. Sea como sea, hoy iba a ir al concierto de Zahara en la Fnac de Diagonal Mar. Allí estaba yo, con mi camiseta del Super Disco Chino y mi amigo Darí-Oh!. Había gente en la entrada del fórum pero no parecía que se fuera a llenar. Así que nada, nos hemos ido a dar una vuelta.
A menos cuarto hemos vuelto y ya había más gente. Y nos hemos puesto a esperar. Zahara estaba tras las cortinas ensayando "Merezco". De golpe un grupo de niñas se han puesto a tocar palmas y a cantar y uno que iba con ella se ha puesto a pasearse repartiendo confetti entre los que estábamos allí.
Espera. Niñas aplaudiendo. Confetti.

¿QUÉ COÑO HAGO AQUÍ?

Así que hemos decidido largarnos. Porque yo a Zahara le tengo cariño pero no pensaba aguantar un concierto en el que había que tirar ¿¿confetti?? Vale que Zahara tiene esa imagen frágil, casi infantil... pero no es una niñata. Y lo que canta, aunque lo parezca, no son canciones de niñatos. Funeral, Photofinish... no son canciones de niños, ni canciones infantiloides.

Así que, para no cabrearme, hemos ido al Primark que han abierto en el mismo centro comercial. Hemos durado 3 minutos. Lo suficiente para dar la vuelta, agobiarnos y darme tiempo a gritar: "¡ESTO ES UN MERCADILLO CON TECHO! ¡AHÍ ESTÁN LAS GITANAS! ¡Y YO SOY EL QUE GRITA!" y que a una mujer le haya dado la risa. Horrible. Volveremos cuando la cosa se calme porque seguro que algo se puede aprovechar. Pero ¡¡qué colas!!

Y al salir hemos vuelto a la Fnac, a tomar una merienda, y nos hemos sentado en la cafetería mientras oíamos a Zahara cantar (muy bien, por cierto) y al público dar palmas sin ningún tipo de ritmo. Hostiables todos.

Lo siento Zahara. Tú eres muy maja y cantas muy bien pero tu público es IMBÉCIL.

Y luego nos hemos ido a cenar con Martinet, Albeta y Miguelito al Foster's y a su piso a echar un Lips y un UNO virtual. Bueno, y Martinet se ha llevado un masaje de regalo que a mí me ha dejado cardíaco perdido.

Pero en fin, un lunes como otro cualquiera.

Y mañana, al plató a ver OT en directo. Claro que sí.