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La lista de motivos por los que me gusta Sexo en Nueva York (hasta las últimas consecuencias) es demasiado larga para publicarla en el blog.
De hecho te podría citar frases, miradas, abrazos, sonrisas, carcajadas, llantos... momentos exactos de varios capítulos que han pasado a formar parte de mi imaginario (y del de mucha gente más) que hace que amemos cada minuto de la serie (y las películas -sí, ambas-) y de las vidas (ficticias) de Carrie, Miranda, Charlotte y Samantha.

Pero si hay un motivo sobre toooooda esa lista que hace que esa serie sea para mí algo más que un simple entretenimiento es una pequeña parte del mensaje general que manda. Bueno, tal vez no sea una pequeña parte sino el mensaje en si mismo: se puede creer en el amor, se puede sufrir por el amor y se pueden hacer muchas tonterías por amor (o por la falta de él). Pero ante todo, siempre, siempre, siempre... has de estar fabulosa.

Fabuloso, si lo de que te traten en femenino te da repelús.

Porque en cualquier momento tu vida puede dar un giro inesperado y no puede pillarte vestido como la Pantoja cuando volvió de Miami en el 91.

Pero no es sólo una cuestión de ropa o de complementos, es una actitud vital. En todo momento, absolutamente en todo momento, incluso cuando estás de super bajón y no sabes dónde meterte has de estar FABULOSO.


Ayer por la noche tuve una conversación.

Algo normal. La gente conversa y es algo tan habitual que muchas veces no le damos la importancia que merece a un gesto tan sano como sentarte en un banco a conversar con un amigo.

Fue una conversación que trató muchos temas, algunos banales y otros tremendamente profundos. Cosas que no le he contado a nadie surgieron de mí sin ningún esfuerzo, había confianza, respeto, amistad y cariño.
Me (nos) sorprendí tratando temas complicados con la mayor naturalidad, sin dramas, sin estridencias y sin gestos extraños. Y créeme, si me conocieras de verdad lo de que yo trate un tema espinoso sin dramas es un hito histórico.

El caso es que, en esa conversación en la que tantas cosas se trataron hubo un pequeño momento Raquel Busca Su Sitio. Aunque lo cierto es que Raquel lo tenía más fácil porque al empezar la serie ya le decían cuál era su sitio: éste es tu piso, éste es tu trabajo. Y punto.

Entre todas las cosas que surgieron durante esa conversación sobre buscar el sitio de cada uno lo único que realmente quedó claro (al menos a mí) es que muchas veces no podemos elegir lo que queremos ser, porque no sabemos lo que queremos ser. Pero sí sabemos lo que NO queremos ser. Sabemos dónde NO queremos acabar. Hacia donde NO queremos ir.
Y a veces, cuando no sabes hacia dónde ir es igual de válido caminar sin rumbo huyendo del lugar al que NO quieres llegar; porque puede que en un giro inesperado surgido de la maravillosa pluma del guionista hijoputa que escribe tu vida, encuentres EL sitio.

Yo no tengo ni idea de lo que quiero ser. No sé dónde quiero acabar, ni siquiera sé realmente si ya he empezado a buscar ese sitio.

Pero hoy me he cortado el pelo. Me he peinado como hacía tiempo que me apetecía peinarme. Me he vestido, he cargado mi iPhone y me he puesto mis gafas de sol. Me he ido a IKEA a comprar una lámpara que parece surgida de La Guerra de los Mundos y he comprado la cena para celebrar con Daddy-Oh! el final de la cuarta temporada de Mujeres Desesperadas (aún va por ahí, sí) y su cumpleaños.

Y no sé qué haré mañana. No sé si conseguiré una pequeña parte de lo que quiero, si surgirá algún problema imprevisto o si será el día más aburrido de mi vida.
Pero sí sé una cosa:

Pase lo que pase, venga lo que venga, llame quien llame o converse con quien converse: mañana, al igual que hoy, me sentiré FABULOSO. Y eso, queridos amigos, se lo debemos a Carrie.

Así que, parafraseando esa otra gran serie que es Battlestar Galactica (que es muy bonita y muy filosófica pero aprendimos más de SatC): "So said Carrie Bradshaw"



*: and isn't afraid to ask.

2 comentarios:

tidusin dijo...

Últimamente no paro de ver el trailer de la nueva peli de Ryan Murphy (confirmado por el como su excusa para trabajar con Julia Roberts) y me ha recordado el porqué odio el cine y las series sobre mujeres "independientes". Porque el mensaje que te dan es "sal fuera, vive tu vida y créete que eres única y especial, porque al final terminarás con un tío y tu serás la verdadera machista al postrarte ante él como si fueras una housewive de los 50.

Raúl Inc. dijo...

Pase lo que pase, venga lo que venga, llame quien llame o converse con quien converse! me ha entrado una ola de entusiasmo que flipas, jajaja!