Con lo bien que ha empezado este año, no sé cómo no lo estoy celebrando en un, como diría Madonna, non-stop tour de force de alcohol y drogas.
Demasiadas horas trabajando. Demasiado cansancio. Demasiados problemas que no son míos. Demasiados problemas que son míos. Y encima tendré que empezar el año visitando al dentista.
Qué ilusión.
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