Esta semana puede ser la semana en que todo se arregle o en la que no pase nada. O peor, en la que pase todo y todo sea malo.
Una de las cosas que te ocurren cuando estás mucho tiempo sin trabajar o sin estudiar (osea, sin hacer absolutamente nada con tu vida más que vivirla) es que pierdes la noción del tiempo. Son los demás, con sus acciones, los que te hacen saber en qué día estás.
Son tus amigos y gente cercana los que hacen que cada día sea diferente y sepas si es fiesta, o si es domingo; porque para ti cada día es exactamente igual que los demás.
Hacía mucho que no me iba a dormir un domingo con la sensación de que realmente mañana por la mañana empieza una semana y pueden pasar cosas desde primera hora del lunes. No madrugaré (¡Dios me libre!) pero sí que estaré pendiente.
Pendiente de si llega esa llamada y si lo hace qué ocurrirá; pendiente de si quien tiene que empezar los trámites los empieza o lo deja para más adelante.
Y sin embargo nada de lo que tiene que ocurrir depende de mí. Mi vida, ahora mismo, está en manos de los demás.
Hoy me he ido a dar una vuelta por Barcelona. No soportaba estar más en casa y necesitaba salir, fumarme unos cuantos cigarros y escuchar música mientras observaba a la gente.
En realidad lo que más necesitaba era algo que en ese momento no podía tener.
He pasado por Plaça Espanya y en pleno Piromusical de la Mercè ha empezado a sonarme el Bachelorette de Björk. He cruzado la marabunta de gente absorta con los fuegos artificiales sin prestarle atención absolutamente a nada ni a nadie. Era la única persona que no estaba quieta observando el cielo iluminado.
He cruzado la Gran Vía a contra corriente, topándome con gente que corría hacia el lugar del que yo venía y de repente me ha sonado en el iPhone el "Stuck" de Lindsay Lohan (por favor POR-FA-VOR recupérate y saca disco).
"I'm stuck, stuck, stuck. I can try to run but I am out of luck, luck, luck. It doesn't matter wher I go, I feel stuck. Sticky fingers, sticky hands, sticky... I am stuck, stuck, stuck. And I ain't going I'm stuck."
He llegado al centro. He hecho un par de fotos con el Hipstamatic, he subido Rambla Catalunya, me he quedado mirando el Tibidabo a lo lejos. He vuelvo por calle Aragón, he bajado a Universitat, he pasado por delante de tu casa y he visto que se te ha caído el tendedero. De verdad, compra uno nuevo. ;)
No sé por qué he ido, aunque hubieras estado no te habría dicho nada pero supongo que le he cogido cariño y me gusta pasar por ahí pensando que en uno de esos pisos (uno de esos pisos en los que siempre he querido vivir) vives tú.
Me he vuelto a casa por la Gran Vía. A contracorriente. Con toda la gente que volvía de Plaça Espanya cruzándose conmigo. Ha comenzado a sonar el remix que Penguin Prison hizo de Get Outta My Way y se me debía ver la letra de la canción en la cara porque la gente se apartaba al verme.
Luego ha empezado a llover, pero me ha dado igual. Y por eso ha parado. Porque las nubes se han dado cuenta de que no molestan. Y no hay mayor desprecio que no hacer aprecio.
He llegado a casa. Me siento incómodo. Porque están aquí. Ya no me gusta, que diría Facebook. Y me duele una encía.
Pero mañana es lunes y empieza una semana. Esta semana en la que pueden pasar muchas cosas (huelga general incluída) o puede no pasar absolutamente nada (huelga general incluída).
Esta semana en la que todas las cosas que se han puesto en marcha estos últimos días pueden dar frutos o no.
Esta semana puede ser la semana en que todo se arregle o en la que no pase nada. O peor, en la que pase todo y todo sea malo.
En realidad, si lo piensas bien, esta semana no es diferente al resto de semanas.
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Una de las cosas que te ocurren cuando estás mucho tiempo sin trabajar o sin estudiar (osea, sin hacer absolutamente nada con tu vida más que vivirla) es que pierdes la noción del tiempo. Son los demás, con sus acciones, los que te hacen saber en qué día estás.
Son tus amigos y gente cercana los que hacen que cada día sea diferente y sepas si es fiesta, o si es domingo; porque para ti cada día es exactamente igual que los demás.
Hacía mucho que no me iba a dormir un domingo con la sensación de que realmente mañana por la mañana empieza una semana y pueden pasar cosas desde primera hora del lunes. No madrugaré (¡Dios me libre!) pero sí que estaré pendiente.
Pendiente de si llega esa llamada y si lo hace qué ocurrirá; pendiente de si quien tiene que empezar los trámites los empieza o lo deja para más adelante.
Y sin embargo nada de lo que tiene que ocurrir depende de mí. Mi vida, ahora mismo, está en manos de los demás.
Hoy me he ido a dar una vuelta por Barcelona. No soportaba estar más en casa y necesitaba salir, fumarme unos cuantos cigarros y escuchar música mientras observaba a la gente.
En realidad lo que más necesitaba era algo que en ese momento no podía tener.
He pasado por Plaça Espanya y en pleno Piromusical de la Mercè ha empezado a sonarme el Bachelorette de Björk. He cruzado la marabunta de gente absorta con los fuegos artificiales sin prestarle atención absolutamente a nada ni a nadie. Era la única persona que no estaba quieta observando el cielo iluminado.
He cruzado la Gran Vía a contra corriente, topándome con gente que corría hacia el lugar del que yo venía y de repente me ha sonado en el iPhone el "Stuck" de Lindsay Lohan (por favor POR-FA-VOR recupérate y saca disco).
"I'm stuck, stuck, stuck. I can try to run but I am out of luck, luck, luck. It doesn't matter wher I go, I feel stuck. Sticky fingers, sticky hands, sticky... I am stuck, stuck, stuck. And I ain't going I'm stuck."
He llegado al centro. He hecho un par de fotos con el Hipstamatic, he subido Rambla Catalunya, me he quedado mirando el Tibidabo a lo lejos. He vuelvo por calle Aragón, he bajado a Universitat, he pasado por delante de tu casa y he visto que se te ha caído el tendedero. De verdad, compra uno nuevo. ;)
No sé por qué he ido, aunque hubieras estado no te habría dicho nada pero supongo que le he cogido cariño y me gusta pasar por ahí pensando que en uno de esos pisos (uno de esos pisos en los que siempre he querido vivir) vives tú.
Me he vuelto a casa por la Gran Vía. A contracorriente. Con toda la gente que volvía de Plaça Espanya cruzándose conmigo. Ha comenzado a sonar el remix que Penguin Prison hizo de Get Outta My Way y se me debía ver la letra de la canción en la cara porque la gente se apartaba al verme.
Luego ha empezado a llover, pero me ha dado igual. Y por eso ha parado. Porque las nubes se han dado cuenta de que no molestan. Y no hay mayor desprecio que no hacer aprecio.
He llegado a casa. Me siento incómodo. Porque están aquí. Ya no me gusta, que diría Facebook. Y me duele una encía.
Pero mañana es lunes y empieza una semana. Esta semana en la que pueden pasar muchas cosas (huelga general incluída) o puede no pasar absolutamente nada (huelga general incluída).
Esta semana en la que todas las cosas que se han puesto en marcha estos últimos días pueden dar frutos o no.
Esta semana puede ser la semana en que todo se arregle o en la que no pase nada. O peor, en la que pase todo y todo sea malo.
En realidad, si lo piensas bien, esta semana no es diferente al resto de semanas.
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3 comentarios:
El trozo de la casa y el tendedero me ha emocionado.
Por lo demás, seguro que pronto sonará la flauta y te desencallarás. ;)
En realidad es una tontería, como estaba dando vueltas sin rumbo me dio por pasar por ahí.
Hoy me he dado cuenta de que no pasé buscando a nadie, sino el sitio en si mismo; es un poco el rollo que tengo yo con Barcelona y me gusta pensar que en ese punto tan céntrico tengo un pequeño sitio. :))
Good news?
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