Madrid - La tercera (y más sórdida) parte.

Como ya he dicho, yo me fui a dormir a las 11 de la mañana.

Pero los otros siguieron de cháchara sobre las Girls Aloud & Co. hasta las cuatro y pico de la tarde.

A eso de las cinco me despertó Abuga, que estaba empezando a recoger sus cosas y se iba a dar una vuelta por el centro antes de coger el tren esa noche. Yo le dije que a esa hora era totalmente incapaz de levantarme pero que en un par o tres ya estaría seguramente por el centro, que podíamos ir a comer algo al VIPS y así yo aprovechaba y me llenaba de comida para la que sería, presumiblemnte, la única ocasión que tendría ese día de llevarme algo caliente a la boca (hablo de productos alimenticios, obviamente).

Así que a eso de las siete y pico ya estaba duchado y vestido y en el metro.

Lo mío con el metro de Madrid ha sido un DRAMA humano de esos que marcan época. Para empezar, acabé hasta los cojones de tanto escalón. Dios mío, es que todo son escaleras!!! Me sentía como un Lemming subiendo y bajando, subiendo y bajando... eso cuando no me equivocaba de salida, me topaba con un techo con el techo bajo (y me tocaba cruzarlo como Pozi) o, como dijo Abuga, con una esquina que parecía sacada de un Resident Evil.

La cuestión es que yo salía de casa de TonyT y tenía que subir una cuesta para llegar al metro. Fue la primera vez que la subí que tomé una decisión muy drástica: si algún día me voy a vivir a Madrid, tendré coche y párking. Porque andar por la ciudad es UN HORROR. No podían haber construido la ciudad en un terreno plano, no. Ellos tenían que llenarla de cuestas.

Para cuando me subía al vagón ya estaba chorreando de sudor porque yo, otra cosa no, pero sudarme la cabeza me suda una barbaridad. Y claro, venga a quitarme ropa. Que luego me tenía que poner porque salías a la calle y hacía un frío que pelaba. O no, pero como iba todo sudado pues era peor.
Luego nada, me aclimataba y se me pasaba.

Sudores a parte, quedamos en Ópera porque me dijo que en Sol había tal cantidad de gente que era imposible caminar. Y de hecho cuando lo vi con mis propios ojos creí por un momento que habíamos avanzado algo más de un mes en el tiempo y estábamos en pleno 31 de diciembre.
Resultó (no me preguntéis cómo me enteré porque no me acuerdo) que esa tarde una manifestación de agricultores extremeños había llegado hasta allí y tras quejarse por lo que se tenían que quejar se habían quedado por la zona, comprando lotería.

Comimos en el VIPS (bueno, comí, porque Abuga ya se había comido un bocata de calamares) y nos pusimos a caminar hacia Chueca. Le mandé un mensaje a TonyT para decirle que me dieran un toque cuando estuvieran por el centro. Al rato contestó que tanto él como JL estaban, literalmente, muertos y que seguramente no resucitarían hasta el día siguiente.
DanAmigodeTodos, Proudstar y Paco no salían. Puse mensajes dramáticos en Facebook pidiendo ayuda pero nadie acudía en mi rescate.

Estaba solo en Chueca.

Acompañé a Abuga al metro y me despedí de él con un sonoro "Adéu nenaaaa" (por aquello de reivindicar que era marica y catalán) y me fui a dar una vuelta pensando qué hacer. TonyT en el mensaje me pedía que pasara por el 2046 a recoger los regalos y los llevara a su casa, yo no sabía si hacer eso me condenaría a pasar la noche en casa encerrado o si, por el contrario, sería mi oportunidad de despertarles.
Al final, como no me salía plan, cogí las cosas, me subí a un taxi y para allá que me fui. La risa: el taxista me avisa de que, seguramente, nos toparemos con la manifestación.

Y no, no se refería a la de los agricultores.

21 de noviembre tía. Manifestación de la Falange.

Y sí que nos la encontramos sí. Todos cantando que si libertad que si tal que si cual y con una pancarta muy bonita en contra de la ley de la memoria histórica.
A mí me hizo bastante gracia, la verdad. Me hace gracia que sólo se acuerden de la historia que les interesa y me hace gracia, sobretodo, que toda la derecha rancia de este país se esté apoderando de la palabra "libertad", como si no lo fueran ¿sabes? Que si Libertad Digital, que si la COPE se anuncia con un "somos libres".
Cuando, al menos desde mi punto de vista, desde que no gobierna el PP TODOS somos un poco más libres. Será eso lo que les jode, que ahora que TODOS somos así de libres no se sienten especiales.
Pero eso lo dejo para otro blog.

Llego a casa de Tony. Al rato la puerta de su dormitorio se abre y aparece él, medio despierto. Observa los regalos, los abre, los mira, los toca y los disfruta. Una mesa de DJ espectacular y unos cascos la mar de chulos. Yo estaba con el portátil, tirando de Bear, de Gayromeo ¡hasta me reabrí el Bakala!, para ver si me salía plan esa noche.

Pero nada. Le mandé un mensaje a uno tan mal redactado que casi me manda a la mierda. La desesperación hablaba por mí.

Tony me dio las buenas noches y se volvió a la cama.

Eran casi la una de la mañana y decidí que yo, ahí, no me iba a quedar. Llevaba mucho tiempo queriendo pasar un fin de semana en Madrid y ahora que por fin estaba ahí no iba a desperdiciarlo. Además, si el finde del Orgullo, que era muchísimo peor, me pasé toda la noche solo (porque me perdí) y sobreviví y me lo pasé genial ¿por qué no un sábado normal?

Así que cogí el metro, me fui al centro y empecé a dar vueltas mientras escuchaba Florence and the Machine.

Me dirigí al 2046, que había Fetish party. Pero algo me decía que si me metía ahí me iba a perder algo. Era una sensación extraña, pero cuando estaba delante de la SGAE me di cuenta de que, seguramente, tenía que estar en otra parte. Encendí el Grindr en el iPhone, a ver si había gays cerca. Un par me mandaron un mensaje. Uno no me interesaba y el otro no tenía ni foto. Y como iba dando vueltas por Chueca a ver si aparecía alguno más me encontré, de repente, con Antonia Dell'ata.
La última persona que esperaba encontrarme en realidad.

Nos saludamos, nos dimos dos besos, me explicó que estaba con dos amigos de BCN que habían ido a pasar el finde y que seguramente se iría ya a su casa porque hacía poco le habían operado de las anginas, se le había complicado y estar por Chueca esa noche era lo peor que podía hacer. Tras despedirnos me volví a poner los cascos y empecé a caminar. Me crucé con Bart Santana, el profe de arte de Física o Química, que entraba al hotel Oscar.

Y al girar en la calle de las Infantas noto un golpe en mi espalda. Al darme la vuelta veo a Antonia, que me dice que se van a tomar una última copa y que si me apunto. Obviamente digo que sí.

Nos metemos en el HOT, pero estaba tan poco HOT que tardamos 0,3 segundos en darnos la vuelta y meternos en el Enfrente. Pinchaba Rafa Spunky (me casaría con él cada minuto de cada día de cada hora) y aunque no había mucho ambiente se estaba bien.
Un par de vodkas con limón después yo ya había congeniado bastante con uno de los amigos, un chico mayor que yo que era la mar de simpático y con el que me pasé toda la noche hablando en catalán.
De verdad, hablé más catalán esa noche que en el último año. ¡Y en Madrid!

Al salir nos dieron entradas para el The Angel. Antonia y uno de los amigos se fueron y yo me quedé con el que me pidió que lo llamara Joan cuando hablara con él en el blog yendo chino chano al Angel.
En la cola se nos puso delante un tío la mar de raro. Por un momento pensé que era Asier Etxeandía, porque se parecía un montón y porque las pintas que llevaba eran las del típico actor bohemio que se presenta en una disco con un pantalón de pitillo y una americana gris sin nada debajo, en un estilismo más propio de un sketch de los Monty Python que de una noche en Chueca.
Pero no era él. También tenía un aire a Joel Joan. Fuera como fuera, el chico más desfasado no podía ir.

Me tongaron en la entrada, porque pagué mis doce euros y no me dieron consumición. Claro, no me di cuenta hasta que estaba en la barra aunque me pasé un rato pensando que era un poco caro el sitio para lo que había dentro.

Estuvimos un rato bailando y yo no apagué el radar en ningún momento. Eso me sirvió para:
- Encontrar a uno de los tíos más guapos y buenorros que vi en todo el finde.
- Entablar con "Joan" la típica conversación de "yo miro mucho pero no ligo porque no me entero de nada"
- Ver a Fernando Gamero.

Sí, el director de Jodienda Warrick. Di un salto de alegría (tampoco era raro encontrármelo porque esa noche proyectaron el corto en la disco) y me acerqué a él.
- ¡No doy crédito! -dije yo.
- ¿Por? -dijo él, y me jodió el gag.
- ¡Fernando Gamero! ¡Soy Hidroboy!
- ¡Hala! ¡Pero si te hacía más pequeño! ¡Eres muy grande!
- Ya tía, me lo dicen siempre.

La conversación continuó de forma bastante absurda porque yo iba bastante cocido y recuerdo decirle que yo no tenía complejo de delgada, que yo estaba delgada... que si a ver para cuando el estreno en Barcelona y que como ahora está trabajando por aquí pues que quedáramos con calma para charlar.

Volví con "Joan", que tenía una voz tan profunda que yo cada vez que me hablaba me acordaba de Eugenio y me daba un buen rollito que no veas, y a eso de las cinco me dijo:
- Ahora hay dos opciones. Una es quedarnos aquí hasta que cierren y la otra es ir a un sitio que, si no has visto, puede que te haga gracia ver. El Strong.
- ¡VAMOS AL STRONG! -exclamé yo.

Todo esto, obviamente, en catalán. Y si me emocioné tanto fue porque la anterior vez que vine mi amiga DollyPartos me insistió en que fuera al STRONG, que tenía que verlo con mis propios ojos. Y no fui porque no encontré con quien. Así que ahora que estaba con un hombre la mar de majo y simpático pues aproveché y fuimos.

El STRONG es todo lo que puedes imaginar sobre él, y más. Si hay una palabra que lo describe es "sórdido". Oscuro, industrial y, a esas horas de la mañana, con la gente más desfasada que te puedes encontrar. La música no estaba mal, aunque muy pocos estaban prestándole atención. La fiesta, en ese momento, estaba en el cuarto oscuro. El más grande de europa, según dicen.

Amiga de RifiRafe que te pusiste como te pusiste con lo del cuarto oscuro, por favor, para de leer.
De hecho, cualquiera que se escandalice con poco mejor que se salte esta parte.

El cuarto oscuro del Strong es un mundo aparte. Al principio hay unas cabinas que, supuestamente, son baños, pero en los que último que encontrarás es ori... bueno, retiro lo dicho. Que de eso seguro que hay pero NO donde crees que debería estar. En las puertas había un montón de tíos esperando a ver si alguien se los llevaba para dentro.
Hasta ahí creo que lo peor que vi fueron un par de maromos sobándose el paquete (por fuera del pantalón, obviamente).
Luego hay un pasillito con unos sofás (como dijo "Joan", los de CSI se volverían locos si les echaran luminol) y a un lado una sala con una peli porno en una pantalla y más sofás en los que yo al menos sólo vi abuelos medio dormidos.
Un poco más allá, a la izquierda, la primera parte del cuarto oscuro propiamente dicho. La oscuridad se apodera de todo y deja paso a los móviles furtivos, las linternas que flasehan en un momento y los mecheros. Tres pequeñas salas (una de ellas con un sling que yo apartaba y "Joan" se comía de frente) y otra a un lado que era la que más llena estaba.

La primera vuelta fue bastante decepcionante, así que los cuatro o cinco vodkas que llevaba encima me empujaron a dar una segunda (y una tercera, de hecho). No vi nada exagerado. Una mamada con final sorpresa (en tres palabras: "no le avisó") y mucho gemido (pero demasiada ropa).

Al salir nos quedó la duda de cómo cerraban ese cuarto oscuro, porque encender las luces de golpe era un poco putada. Y debieron leernos el pensamiento porque en ese momento ¡pumba!, todas las luces encendidas. Así que corrimos para dentro a ver qué veíamos.
Lo único fue uno masturbándose (aunque yo creo que era un cyborg porque a esa velocidad es imposible darle sin romperla) y otro que iba por ahí agachándose delante de todo el que pillaba para dejarlo seco.
De hecho... ahora que lo pienso... tengo un flash del color de su jersey y creo que era el mismo al que no habían avisado antes.

Vamos, que el tío iba por el cuarto oscuro más contento que el candelabro de la Bella y la Bestia cuando cantaba lo de "Qué festín, qué festiiiiin"

Salimos a la discoteca y esperamos un rato apartados a que la cola para el guardarropía se redujera y en ese momento un moscón se plantó al lado de "Joan". Para librarnos de él nos cogimos rollo parejita y el moscón se fue.
Pero nosotros no nos soltamos. "Joan" me mira y me pregunta por qué no nos habíamos soltados y yo no sé si no contesté porque no quería soltarme o porque me sabía mal soltarme.
Anyway, su siguiente frase fue "pues si vamos a hacerlo, lo hacemos bien" y nos empezamos a liar allí haaaaaaaaaaalaaaa!!!!! Vengaaaaaaa!!! Festivaaaaaaal!!!

Bueno, tampoco fue tanto.

Nos echaron del STRONG (sí tía, ME ECHARON DEL STRONG) y al salir pues un magreo en la calle y a por churros con chocolate en uno de los locales clásicos de Madrid.
Mientras desayunábamos deprisa y corriendo "Joan" me conquistó (culturalmente hablando) al decirme que, por favor, no fuera a ver "Luna nueva" y que viera "Moon" que eso sí era una película de verdad. Todo esto me lo dijo en catalán, dejando a la maricas de al lado con la boca abierta al vernos hablar en la lengua del Tirant Lo Blanc.

Nos echaron de allí también, que ya era tarde. "Joan" me acompañó al metro y nos intercambiamos números de teléfono para que, una vez en Barcelona, quedáramos aunque fuera para tomar un café.

Y yo me volví a casa de TonyT, escuchando música de tranquis y metiéndome en la cama casi a las 9 de la mañana.

Para no tener plan, la verdad es que no me puedo quejar ¿no?

2 comentarios:

Tony Tornado dijo...

Puta, si hubiera salido contigo, fijo que ni terminabas ni ahí ni así. Así que date con un canto en los piños.

Guapaaaaaaaaaaaaaaaa!

MAN dijo...

1. Yo también podría haberme quedado hsta las 4 hablando de las Girls Aloud. Sobre todo de Chezza.

2. Comer en el VIPS es cosa de pijos.

3. Es mencionar la puerta del sol y acordarme de Un año más de Mecano.

4. Lo del cuarto oscuro no era para tanto, cierto es.

5. Joan... Uhum. ;)