Madrid y se acabó

A ver si termino ya de una puta vez, que están empezando a pasarme cosas en Barcelona que tengo que explicar.

El domingo me levanté a eso de las cuatro... o las cinco. Yo qué sé. Lo que sí sé es que en el momento en que pensé en la noche anterior me vi metido en un berenjenal, pensando en que en cuanto llegara a BCN iba a tener que quedar con él y a ver cómo le explicaba yo algo que, seguramente, él ya sabía y es que a pesar de que no es mi tipo en ese momento me dejé llevar y disfruté (y habría disfrutado más si hubiera habido sitio donde hacerlo).

Entonces me di cuenta de que, en realidad, desde el primer momento lo había planeado todo. De hecho me confesó, mientras comíamos churros, que fue él el que le dijo a Antonia que fuera a buscarme porque era un delito que "un chico tan guapo" como yo fuera solo por ahí.
Curiosamente yo, que soy torpe por naturaleza para estas cosas, no me di cuenta de todo lo que había ido tramando. Ni siquiera caí en lo del cuarto oscuro del STRONG, una excusa para meterme mano, trampa en la que no caí (porque él no me empujó, la verdad).

Anyway, la historia con "Joan" queda en suspenso hasta que nos encontremos por BCN o nos llamemos o yo qué sé. Yo siempre soy de sacarle cosas buenas a las cosas y, sinceramente, es difícil sacarle algo malo a lo que pasó; sobretodo porque, sea mi tipo o no, el tío tenía carisma, morbo y conversación.

Me di una ducha y me vestí y me fui a buscar a TonyT y JL a la plaza del Dos de Mayo, que ellos estaban en casa de DiYai dándole los regalos de cumpleaños (de Agosto) a su novio. Novio que, por cierto, aprovechó todo su encanto nórdico para presentarse disfrazado de Eric en la ElecTrueBlood Party y dejarnos a todos babeando.

Querían llevarme al local de un amigo, pero estaba cerrado. Así que comenzamos a dar una vuelta y acabamos en el Sierra tomando un Vermut. Había bastante gente, según me explicaba Tony, y eso que ahora parece que está de moda que a esas horas del domingo esté todo el mundo en La Latina.
Al poco rato se nos unió ChicoToxico, que estaba tomando algo con unos amigos por allí cerca. Después de un par o tres de vermuts yo reclamé mi cena, porque no había comido nada y empezar de buena "mañana" (entiéndase "mañana" como "recién levantado", porque eran como las ocho de la tarde) con tres vermuts pues me estaba dejando un tanto perjudicado.
Así que nos acercamos a un Vita Bella y me comí un plato de pasta que casi me muero de lo buena que estaba.

Caminamos un poco por Chueca decidiendo dónde entrar y hablando sobre las diferencias Barcelona/Madrid. Todos me prometieron una visita a Barcelona y, por supuesto, a Arena; yo, a cambio, prometí presentarles a las Diva's Doll Domination (aunque alguno, no diré quién, declinó gentilmente la oferta). También comenté la obsesión que tienen las bolleras catalanas con el reggeaton y ellos me dijeron que en Madrid aún seguían con Malú, Rosa y demás.
Acabamos en una pizzería muy mona de la calle Las Infantas, tomando una cerveza, unos aperitivos y esperando a DanAmigoDeTodos, que venía a tomar algo y a traerme (¡por fin!) su novela "Amigo de todas".
Al rato apareció, y también apareció Javier Cámara. Mira, no soporto cuando estás en un sitio y alguien te ve y entra a ver si te roba algo de tu fama.

De ahí decidimos ir a cualquier otra parte y al girar en Vázquez de Mella una chica se nos acerca y nos pregunta si sabemos dónde está el Toque's.
- El ¿what? -dijo Tony.
- A mí me suena... he pasado por delante, sí -decía DanAmigoDeTodos.
- A mí no me miréis, que no soy de aquí -decía yo.
La chica insistía en preguntarnos y al ver que no teníamos ni idea de dónde coño estaba nos dijo:
- Pues muy mal, porque lo tenéis justo aquí al ladito y con la primera ronda os regalamos la segunda.

Hubo un momento de estupor general en el que, imagino, todos pensamos "Anda, que nos la ha colado!!" Menos yo, claro, que no tenía por qué saber dónde estaba el susodicho bar.
Total que como nos cayó bien la chica pues fuimos al bar que nos decía.

ERROR.

El local, según dijo Tony, había servido alguna vez de after y, la verdad, no había mejorado mucho. Estaba totalmente vacío y la decoración era, cuando menos, pobre. Alguien dejó caer el comentario de "es un bar de bollos" y, efectivamente, por el hilo musical se confirmó. Sobretodo en cuanto sonó Can't Fight The Moonlight.
Tomamos unas cervezas y comentamos cuatro cosas y tras un pequeño momento de tensión JL y TonyT abandonaron la casa y nos dejaron a los otros tres terminando la ronda gratis.

De ahí nos fuimos al WhyNot, que me dijeron que un domingo en Chueca es lo único más o menos decente que hay. Al entrar no había ni cristo pero en poco tiempo la cosa se animó.
Un chico muy mono no paraba de mirarme y yo, que me propuse no ser tan gilipollas con estas cosas, le devolvía todas y cada una de las miradas. Más de una vez le pillé cuchicheando con una amiga que no paraba de señalarme.
Pero se fueron antes de que pudiera terminarme el primer (y único) cubata. Y digo "único" porque ahí me gasté el último billete que me quedaba. ¡Viva yo!

En cuanto el local se llenó cambió el DJ (no sé por qué) y empezaron con una serie de hitazos que me tenían extasiado. Yo jamás he oído esa música en Barcelona, y sin embargo no es la primera vez que las oía en Madrid. El remix de The One de Kylie, por ejemplo.
Luego hubo un momento reggeaton-latineo que incluyó Alejandro Sanz y demás y al rato pasaron al petardeo. Entendiendo petardeo como "El Tiburón" de Proyecto Uno.
ChicoToxico me dijo:
- ¡¿No decías que esto te gustaba?! ¡Es petardeo clásico!
Y yo muy serio me levanté de la butaca, alcé un dedo y exclamé:
- ¡Eso no es petardeo clásico! ¡Esto es INDIGNANTE!

Pero nos volvimos locos bailando. A partir de ahí que si para hacer bien el amor hay que venir al sur (parabam! y cabezazos en todo el local -yo di y recibí, el karma you know-), que si yo qué sé qué más. Lo mejor, sin duda, el momento en que empiezo a oír un beat muy familiar, un público gritando en un estadio y una voz de camionera que grita: "All right London... Are you ready to ride with me?"
Y en ese momento podía haber muerto.
El DJ pinchó el "Like a Virgin" del Confessions Tour. Eso en BCN NO PASA. Jamás pensé que oiría ese concierto pinchado en un local.

A eso de las 3, tras decirle a CT que eran las 2 (para no asustarle) y confesar la verdad, nos fuimos del local. Él se fue a casa con la manga mojada de vete-a-saber-qué y Dan y yo nos quedamos por ahí con un hambre horrible. Fuimos a un 24 horas majísimo en el que nos calentaron unas hamburguesas. Y luego repetimos. Y ahí sí que me gasté mis últimos euros. Literalmente. Me quedaba algo en la VISA, pero poca cosa.

Nos sentamos en un banco a charlar sobre Madrid, sobre la vida en general y sobre nada en particular. Luego Dan me acercó en coche a casa de TonyT y JL, me despedí de él deseándole mucha mierda para un estreno que tenía al día siguiente y subí a casa, donde caí rendido en la cama.

El lunes me levanté a medio día, más o menos, y JL estaba en el salón terminando de comer y viendo la televisión. Me duché, me vestí y me senté con él a ver Sé lo que hicistéis. Al poco rato tuvo que marchar, nos despedimos y le agradecí lo bien que se habían portado conmigo y lo bien que me habían tratado todo el fin de semana.

Cuando JL se fue yo me senté un rato a mirar cuatro cosas en el portátil y a preparar la maleta. Decidí salir a eso de las 19:00 de allí para ir al metro y tal. Me empané tanto en el ordenador hablando de tríos (sí sí, tríos) con dos chicos muy majos y no sé qué más, que a las 19:00 me di cuenta de que llevar la maleta al comedor y dejarlo todo al lado para ir metiéndole NO ES HACER LA MALETA. Así que me espabilé deprisa y corriendo, lo metí todo como pude, recogí mis trastos y me despedí de TornadoVille cerrando la puerta con un giro de la llave que luego dejé en el buzón.

De allí al Aeropuerto en metro, escuchando Snow Patrol.

Una vez en la T4 fui a cenar algo al McDonald's apenado por haber tenido que dejar mi gomina en el control de seguridad. Yo le dije a la señora que había viajado con ella más de una vez y nunca me habían dicho nada, pero ella me ignoraba mientras miraba mi frasco de colonia Kenzo, frasco que soltó justo cuando iba a decirle que eso sí que no, que la colonia me había costado casi lo mismo que el billete de avión. Lo de la gomina me hizo gracia porque parecía que no se atrevía a quitármela. Hasta que le dije que me daba igual, que no me iba a quedar en madrid por un bote de Giorgi Line aunque fuera de nivel 5 de fijación ULTRAFUERTE.

Total, que cené, meé y me fui a la puerta de embarque a esperar. En el camino vi sentados en un lado a Francky, un chico de BCN que un día actuó en no sé qué festival y se cargó varios éxitos de Kylie en, lo que me contaron, fue un espectáculo bastante dantesco no falto de abucheos que iba con un par de amigos (al llegar a BCN vi que uno de ellos era Salva Musté). Yo me senté tranquilamente y empecé a leer "Amigo de Todas" mientras sonaba en mi iPhone algo de Morricone y música tranquila.
No es que estuviera nervioso, pero estaba absurdo. No sé qué me pasaba. Tenía ganas de llegar a casa, de empezar otra vez a hacer lo de siempre. Y a la vez no tenía ganas de irme porque, entre otras cosas, me volvía OTRA VEZ de Madrid sin haber visto el Guernica (aunque la noche anterior en el STRONG viera varios CUADROS cubista-deformes, no cuenta como arte).
Al subir al avión me senté en el asiento que creí que me tocaba pero no, me había equivocado y yo estaba en el otro pasillo (no sé por qué daba por hecho que había cogido el mismo asiento para ir y para volver.

De repente por el pasillo veo venir a uno de mis primeros ex-jefes de cuando la Fnac Triangle. Por suerte él no me vio. Me hice el tonto leyendo la novela y no levanté la vista de ella en todo el vuelo. La verdad es que tampoco es que estuviera disimulando demasiado, la historia me enganchó y en más de una ocasión solté una media carcajada que la chica que había a mi lado me miraba bastante raro.
Lo divertido del tema fue ver como la novia (que si me llego a quedar en el asiento me toca llevarla al lado) de mi ex-jefe se tapaba con una revista para hablar de mí. ¿Que cómo lo sé? Pues porque taparte la cara de repente con una revista después de echar una mirada de reojo y agitarla como si me señalaras pues no es ser muy discreta.

Al aterrizar (que, por cierto, casi se rompe el avión por la mitad porque no veas nena qué bote pegamos) me vi en un problemón: mis cosas estaban justo sobre el asiento de mi ex-jefe, por la confusión de asiento, y quisiera o no iba a tener que mirarle. Pero no sé cómo lo hice que ¡¡me libré!! Soy un maestro del disimulo y en ningún momento crucé mirada con él ni con ella. Casi me aplaudo al salir.

En la T1 empezó el DRAMA.
No tenía suelto para coger el autobús que me llevaba a casa. Nada. Y no podía sacar dinero de la tarjeta porque había comido en el McDonald's y me quedaban menos de 5 euros de crédito.
Pensé que, tal vez, hubiera una máquina de TMB que me dejara sacar un billete sencillo PERO NO.
Así que llamé a Daddy-Oh! medio histérico medio en coña, recordando el momento en que pagué el billete y me dije, al ver la hora, que volver del Prat a las 23:00 iba a ser complicado y que había sido una mala idea quedarme hasta tan tarde en Madrid.

Total que cogí el autobús lanzadera hasta la T1, pensando si coger el tren o si coger un taxi y al final llegué al último tren. Me iba a bajar en Sants y coger un taxi (que pagaría Daddy-OH! al llegar a casa porque yo no tenía dinero, recordad) pero hablando con él por móvil comprobó en el último minuto que aún había Ferrocarrils de la Generalitat y me bajé corriendo en Bellvitge (provocando un susto en la mitad del vagón de tren que me vio salir disparado).
El susto me lo llevé yo luego al cruzar la plaza hasta la estación de FGC y encontrarme a cuatro gitanos con muy mala pinta peleándose, amenazándose y lanzándose zapatos. Literal.
Yo colgué casi sin despedirme por miedo y pasé por ahí lo más digno que pude. Me metí en la estación y bajé al andén. Me quedaban 12 minutos para esperar y, horror, estaba más solo que la una.

Yo sé dónde se esconde Bin Laden: en las estaciones del FGC que siempre están vacías. Y dan miedo.

Pero nada, al final cogí el tren y me dejó en la puerta de casa. Tardé unos 45 minutos y me costó 3 euros. ¡Bien por mí!

Al llegar a casa hubo un mini drama, cómo no. Es llegar a Barcelona y que Luriruri me la líe.
Resulta que había quedado esa noche con su ex (el que se fue de este piso a la francesa y dejó una deuda con el dueño que probablemente tengamos que pagar nosotros y canceló la cuenta donde estaban todas las facturas dejándonos al filo de que nos cortaran los suministros) para hablar sobre la vida. Que digo yo ¿qué coño tienes que hablar de la vida?
En realidad quedó con él para restregarle lo bien que le va con su nuevo "novio". Y con las comillas lo digo todo.

Yo le dije que ni se le ocurriera traerlo a casa, que no quería que ese impresentable estuviera por ahí cuando llegara.

Pero estaba.

Yo le di dos besos casi sin saludarle y me fui a contarle a Daddy-Oh! todos los detalles del viaje. Cuando el Ex se fue y Lurirui pretendió sumarse a la conversación pasé olímpicamente de dirigirle ni una sola palabra, ni gestos ni miradas apasionadas, ni rastro de los besos que antes me dabas hasta el amanecer. Eh. Eh. Eh.

Y así fue como, llegué a Barcelona.

Iba a hacer una valoración sobre el viaje y tal pero mira Mari, estoy hasta el coño de escribir. Hala!

Lo único que diré es que no sé cómo agradecer a todos lo bien que se portaron conmigo y lo bien que me trataron. Sobretodo TonyT y JL, que son dos soles y que me muero de ganas de volver y de que llegue ya el día de su boda para poder regalarles otra buena sesión de música.

¡Os quiero, zorras!

1 comentario:

Mocho dijo...

El toke's , lo peor.

Una vez un chupitero nos asaltó con sus ofertas y le dije: lo siento, no.

Y el tío se puso como un energúmeno a decirme que no fuera hipócrita qy eu no dijera lo siento porque no lo sentía y blablabla.

Ahora, cada vez que me dicen que si quiero un chupito ahí, digo que ni de coña, que menuda mierda de bar.