De reencuentros, cenas y empresarios emprendedores

Mira si estoy cansado/estresado que iba a contar otra vez lo de la visita a IKEA y el tiburón. Es que estoy muy contento con él.
Hoy he instalado el parquet. Ha venido PAPA a ayudarme, porque yo eso de cortar madera pues mira, no.
Hemos estado toda la tarde (por suerte yo, aunque salí, no tenía resaca) y aunque la cosa ha quedado más p'allá que p'acá (porque no hemos conseguido que encajen ni el 80% de los tablones -aunque algunes estén perfectamente juntitos) la verdad es que:
A) está mucho mejor que lo que había antes
y
B) la habitación ahora tiene un estilazo que pa' qué.

Ya ves tú. 100 eurazos (financiados por Luriruri, eso sí) y 3 para una bombilla y la habitación ha pasado de ser un puto zulo de mierda a uno de los lugares más cools que conozco.
A ver si nos ponemos a pintar el recibidor y el pasillo y le damos otro giro a la casa. Y si ya desmontamos el engendro del comedor, entonces ya ni te cuento.

Anoche tuvimos cena de reencuentro con todos los ex-compañeros de Dows.
No sé si alguna vez os he hablado de esa tienda. Cuando la abrieron el director, que era mi anterior jefe Fnac, me contrató para ser el vendedor con más responsabilidad de la planta de videojuegos.
Era una tienda moderna, orientada a un trato con el cliente exquisito, en la que decir que "no" estaba prohibido. La clave era tener los suficientes recursos a tu disposición para no negarle nada a un cliente, ofrecerle una alternativa que le resultara satisfactoria.
Además la planta de videojuegos era la más tranquila para trabajar (ni siquiera me encargaba de las devoluciones) y era, literalmente, una pasada: todas las consolas disponibles para jugar, tres pantallas de 42 pulgadas conectadas para que la gente jugara y para organizar torneos y una pantalla de unos 5 metros cuadrados que, además, estaba justo delante de una ventana del mismo tamaño en la que podías estar jugando y que se viera en la calle.

El potencial que tenía el proyecto era brutal. Y aunque era mala época para abrir una tienda porque eran los comienzos de la crisis, el optimismo se palpaba en el ambiente. Muchas ganas de marcar la diferencia y, sobretodo, un equipo de gente que (dominando más o menos el producto) tenían un trato con el público exquisito.
A mí eso era lo que más me gustaba. No sólo el hecho de que pasáramos dos semanas en formación (lo que ayudó a que, una vez abierta la tienda, ya fuéramos casi amigos) sino que todos teníamos ganas de tratar bien a la gente.
Ojo, en la zona en la que está situada la tienda o les tratas bien o mal vas. Casi tienes que llevarles en brazos.

Fijaos si nos llevábamos bien que, a pesar de haber estado tres años y medio trabajando en Fnac, estoy viviendo con dos de mis ex-compañeros de Dows, a los que hace más o menos un año que conozco.

Anyway, la tienda no funcionó. No porque no hiciéramos las cosas bien, sino porque a algún lumbreras se le ocurrió que era más importante presionarnos para que fuéramos amables con los clientes que entraban que atraer clientes. Y claro, puedes ser amable con las tres personas que vienen a chafardear la tienda pero si no quieren comprar entonces más no puedes hacer.
Y es que no les importaba gastarse la pasta en globitos con forma de corazón para San Valentín, en contratar mil empresas para que hicieran un escaparate, una decoración de no sé qué o una web que no funcionaba nunca. Pero no se gastaron ni un duro en publicidad. Lo poco que se hizo fue en La Vanguardia y en RAC1 y claro, si los inversores del proyecto son los del grupo Godó pues coño, la publicidad les salió más barata.
Ni buzoneo, ni autobuses, ni carteles por Barcelona, ni presencia en foros de internet... nada.

Nosotros (los que teníamos algo de experiencia y, sobretodo, los que veníamos de Fnac y sabíamos cómo estaba la cosa) nos matábamos a organizar torneos de videojuegos, cursos, formaciones, presentaciones... y publicitarlas en internet. Para encontrarnos luego con quejas y pegas de los de central.

¿Qué pasó? Que reestructuraron la empresa, echaron a la mitad de la cúpula directiva, cerraron la central (para ahorrarse el alquiler) y pusieron a un jefe de estos que tiran a barraca: un tío con pocos escrúpulos, muy borde y con pocas ganas de alegrarte el día. Pero, eso sí, un tío manejable que no presentara resistencia para frenar el chaparrón cuando al nuevo director general le daba por decir que, la culpa de todo, la teníamos los vendedores por no ser suficientemente Dows.

Pasó lo que tenía que pasar: el concepto Dows se fue a la mierda, la tienda dejó de ser una copia de una Apple Store para acabar siendo un Mediamarkt de color blanco y haya, el trato con el cliente se resintió (por meter a trabajadores con ese nuevo perfil: el de cajera del DIA) y a los que no nos echaron acabamos yéndonos por nuestro propio pie. ¿Por qué? Porque si hubiera querido seguir puteado me habría quedado en la FNAC.

Anyway, si algo bueno salió de toda esta historia fue un buen rollo entre compañeros que va mucho más allá del trabajo. Y, por eso, organizamos una cena en la que volver a vernos todos y comentar cómo nos iba la vida. Pero sobretodo lo que queríamos era eso: vernos.
Hablar hablamos poco, porque 28 personas no se juntan de golpe para mantener una conversación y todos se enteran de todo. Fue un poco caos, aunque nos reímos un montón. Algunos aún siguen trabajando en la tienda y otros hace poquísimo que salieron. Pero me alegró mucho verles a todos y, aunque suene egoísta (cosa que me la suda, por algo éste es MI blog) me alegró saber que mucha gente me echaba de menos.

Tras la cena no hubo forma de ponerse de acuerdo en el sitio a donde ir y como nosotros somos como somos y además yo había quedado con Xusaka y Maicousin, nos fuimos a Arena.

Me supo mal no poder pasar más rato con ellos, pero en estas noches ya se sabe que poco vas a hablar. La cosa es que la relación siga ahí. Luego ya cada uno la va manteniendo con quien le interesa o con quien le es más afín.

Ahora me voy a ir a dormir, que estoy destrozado.

Ah, la noche en Arena fue un poco asíN porque no bebí casi nada (no tenía dinero). El primo de Maicousin está muy bueno, eso sí. Ya le tengo en Facebook y he chafardeado sus fotos pero nada.
Y me fui bastante pronto (después de bailar Bad Romance). Me reí mucho con la Yiyi y los sutiles gags de APM que me iba soltando mientras bailaban las Diva's. Y por lo visto estaban por ahí Rafa y Elías de OT. Menos mal que me fui antes de verles.
Lo malo del viaje de vuelta es que tuve que hacer un invento entre caminar y Bicing por no tener suelto para el bus. #quévidamástriste
Que dirían en Twitter.

El punto negativo del nuevo parquet: que no tenía herramientas para rebajar la puerta y no puedo cerrarla. La tengo fuera de las bisagras y lo único que puedo hacer es apoyarla en el marco. Bieeeeeeeeen.

2 comentarios:

Rubén F. Manzanera dijo...

El Dows que está al lado de El Corte Inglés de Francesc Macià? No acabó la fiesta con sexo? Ah, no, acabó en el Arena... Oooh! XD

Hidroboy dijo...

El mismo. Bueno, el único que hay jajajaja. Que mucho decir que iban a abrir uno en Madrid este año y que si otra en Barcelona para expandir el negocia y bla bla bla y ahora dicen que no, que prefieren afianzar lo que tienen.

La fiesta no acabó con sexo. La que acabó con sexo fue la de la inauguración de la tienda, ese día (hace un año más o menos) triunfé de mala manera.