Tradiciones y tonterías

Hace unos años, cuando trabajaba en Fnac, las dos promotoras de telefonía con las que mejor me llevaba (Estela y Montsesabajanes.com -por cierto, visitad la web ya que estáis que la tía es una artista) y yo instauramos una pequeña tradición en nuestras vidas.
Salimos de trabajar un martes y yo quería contarles cosas de mi crush con Paupau. No me avergüenza reconocerlo, tuve un breve periodo de encoñamiento; que a estas alturas diviso en la distancia y me doy cuenta de que, en realidad, lo que estaba deseando era encontrar alguien que me quitara a LCG de la cabeza y PauPau, a pesar de que le quiero mogollón, no era esa persona (ni de lejos) pero me ayudó un montón.

De hecho creo (y digo "creo" porque no recuerdo -por culpa del alcohol- si llegué a decírselo) que el año pasado conseguí superar el bache gracias a PauPau y a Maicousin que me abrieron definitivamente las puertas de Arena & Co. Ahora que lo pienso, no sé si debería agradecerles eso.

Bueno, a lo que iba: la tradición. Como quería contarles cosas nos fuimos a cenar al McDonald's. Y no sé si fue de forma natural o impostada, decidimos que todos los martes iríamos a cenar ahí. Era una mierda, porque nos poníamos como cerdos a base de Big Macs y demás (Señoras gordas que comen ensalada en el McDonald's), pero nos reíamos un montón y llegó el punto en que los trabajadores nos conocían y todo. Poco a poco se fue sumando más gente hasta el punto de que algunos incluso traían familiares y amigos en plan "Tienes que venir, que nos reímos un montón".
Había una regla no escrita en estas sesiones de marujeo, y era que en el momento en que nos sentábamos en la mesa, dispuestos a comer, alguien preguntaba:
"¿Quién ha follado?"

Poco a poco dejamos de ir a los Makys. Yo cambié de trabajo y me fui a la otra punta de Barcelona (pero aún así seguí yendo casi siempre), a otros les daba pereza cruzarse media Barcelona y algunos, directamente, dejaron de venir porque se sintieron un poco desplazados. Cosa que no entendimos mucho, pero lo respetamos.

Hasta que me independicé. Me vine a vivir a la otra punta del mundo y decidí que ir cada Martes hasta allí para cenar rápido y volverme antes de que cerrara el metro (sin posibilidad de volver con algo que no fuera transporte público) no me compensaba.
Estela, que vive relativamente cerca de mi actual casa, se apuntó a la nueva tradición: cenar en mi casa y cambiar lo de "Maky" de McDonald's por "Maky" de Macarrones.
Invitamos a todo el mundo (incluso propusimos alternativas para poder seguir viéndonos) pero la gente no estaba muy receptiva y al final la cosa ha quedado en ella y yo haciendo el gilipollas cada semana en mi casa.

Al principio era los martes, luego los lunes porque a ella le iba mejor. Ahora es el día que decide venir, porque cada semana lo cambia. Pero seguimos pasándonoslo igual de bien.

Hoy ha venido y he podido hablar con ella de cosas que me rondan la cabeza estos días. Lo que me gusta de Estela es que es, posiblemente, la única persona a la que le puedo contar absolutamente todo lo que me pasa por la cabeza porque no me siento ni ridículo, ni incómodo ni alguna de las cosas que siento cuando hablo con según qué personas de según qué temas. Y también valoro muchísimo la franqueza con la que ella habla conmigo y la forma en que le puedo contestar. Decirle cualquier cosa (literalmente) sabiendo que no se va a molestar. Seguramente porque los dos compartimos un sentido del humor bastante cafre (probablemente demasiado).

Pero nos pasa una cosa, y es que siempre dejamos lo mejor para el final. Nos liamos a ver una peli (hoy tocó "Juno", que no la había visto) y luego nos hemos enganchado a "El Juego de Tu Vida" y nos ha asombrado ver el control que tenemos sobre los guiones de ese programa; hasta qué punto lo hemos visto que sabemos perfectamente por dónde van a tirar.
Tampoco es muy difícil, si sale un hombre sabes que van a preguntarle si es un putero o si es gay (generalmente lo último) y si es una mujer le preguntarán si ha sido infiel, si desearía no haber tenido hijos o si se masturba en lugares y con objetos extraños.

Al de hoy se le veía a la legua que era gay (y su mujer era lesbiana). Sobretodo cuando esa travesti en que se ha convertido Emma García le preguntaba si le gustaba alguna otra cantante que no fuera Isabel Pantoja y él reconocía, sin rubor (y eso sí que debería haber sido una pregunta del concurso) que le gustaba Mónica Naranjo.
Hello??

El hombre ha llegado al final. Ha ganado los 100.000 euros y los guionistas se han ganado lo mismo por lo bien que han hilado la trama del hombre gay casado. Primero han preguntado si alguna vez le había sido infiel a su mujer con otra mujer. Él ha contestado que no. Luego le han preguntado si había sido infiel a su mujer. Él ha contestado que sí. Luego le han hecho preguntas sobre su supuesta etapa como chapero. Hasta los padres lo sabían (con "sabían" me refiero a que se habían estudiado bien el guión antes de entrar).

Pero el colofón final, la última pregunta. La número 21. "¿Tolerarías que tu mujer te fuera infiel?" y el pobre no sabía cómo gesticular para pedir que pulsaran el botón ese para cambiar de pregunta. Así que ha cambiado la pregunta y ha pasado a ser "¿Abandonarías a tu mujer si el hombre de tu vida se enamorara de ti?". Obviamente ha contestado que sí. Y ha ganado.

Y al ganar lo ha celebrado moviendo las manos de la forma más gay que se pueden mover unas manos. Unos dramas...

Total, que lo que yo quería explicar es que al irse Estela y acompañarla a la calle me he sincerado con ella y nos hemos puesto a hablar y le he explicado lo que me pasa estos días y por qué estoy un poco así. Esperanza Gracia, que es muy lista ella, me ha dicho que me tome un descanso estos días que me he esforzado mucho, y que lo que me pasa es que echo de menos a alguien.

Pues mira, echar de menos echo de menos a una persona. Pero no va a volver, por desgracia. Pero eso es ley de vida y nadie lo va a cambiar.

Pero claro, cuando estaba a punto de sincerarme con vosotros, mis lectores, ha venido Daddy-Oh a mi habitacion y nos puesto como locos a ver vídeos del Dancing Stage, de Polonia, de Josep Cuní, de Martes y Trece y del nuevo programa de Antena 3, La Escobilla Nacional... y me ha cortado el feeling que tenía.

Así que si eso los problemas ya os los cuento otro día.

Unos dramas...

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